Pucho

>> 26 oct 2010

Suena el teléfono y es mi jefe preguntando cómo estoy después de una semana de no ir a trabajar.
Después de preguntar, de asegurar que no me llama para que vuelva a trabajar sino para ver si estoy más cerca del cementerio que de la bicicleta y de contarme sus penas, me dice:
- Y tenés prohibido, escuchame, prohibido fumar en la empresa.
- Eeeeeeeehhhh... ok
- Adentro, obviamente, y afuera tampoco podés, ni en la vereda podés.
- Ni en la vereda... ok
- Porque si sos lo inteligente que yo creo que sos te vas a dar cuenta que si hiciste dos neumonitis en cuatro meses es porque tu organismo no lo tolera. Y si no sos lo inteligente que creo, no me importa, problema tuyo, pero yo no voy a ser cómplice de tu ida al jonca, me escuchaste?
- Sí, señor.  Igual... hace como una semana que no agarro un pucho.
- Más te vale.
Y me cagó a pedos nomás. Yo me pregunto... desde cuándo, exactamente desde cuándo mi jefe se convirtió en mi padre?

2 comentarios:

Anónimo,  27 de octubre de 2010, 3:58  

no sé.... quién sabe.... por ahí desde hace mucho y vos no te diste cuenta, no? pero está bueno que te quiera cuidar, no?? ah!!, perdón!!! cierto que ud. no necesita!!! jajaja... aflojá Teté, que está bien que te cuide!! o será porque dejaste solito a la pobre Kari y quiere que vuelvas???? Sos tan querible!! así que déjese querer y cuidar: también por el jefe, nena!!!

Gabriela Aguirre 28 de octubre de 2010, 13:07  

Moni: No no no, tu opinión no vale porque no sos objetiva...
Besos.

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