Errores

>> 17 jun 2013

Tendríamos unos ocho años. Ella rondaba los seis o siete.
Mi tío habia viajado a misiones de vacaciones, se enamoró, se casó y trajo a su nueva mujer a vivir a mi casa en tanto terminaba la suya. Ella era la hija de la nueva mujer de mi tío.
Nosotros la odiamos desde el primer momento. Los chicos son crueles, sí, nosotros lo éramos y los grandes no hacían demasiado por evitarlo. Por supuesto esto no nos justifica.
Vivió con nosotros algunos meses, quizás medio año, quizás más. Se sentaba en un rincón alejado y nos miraba jugar. Nunca pidió integrarse ni nosotros la invitamos. A sus espaldas (y en su cara) la llamábamos "intrusa", éramos cinco acostumbrados a hacer tandem contra el mundo y eso hicimos con ella.
Al tiempo se mudó y la vimos bastante menos. Mi viejo me preguntó un día por qué no era su amiga y yo me hice la idiota y me encogí de hombros. Él me explicó que estaba sola, que tenía amigos y primos en donde vivía, pero que ahora estaba sola, que la entendiera, que no era mala, que ella no sabía por qué no la queríamos, que le había preguntado a él.
Me hizo sentir bastante mal, la verdad. Me gustaría decir que a partir de ese momento fui amable con ella, pero lo cierto es que, si lo fui, fueron las menos. Ya, para ese entonces (yo andaba por los diez), tenía mis propios problemas y las pocas veces que nos veíamos no le daba mucha pelota.
Los años pasaron y yo me fui de mi casa. Me la crucé algunas veces más a lo largo de los años. Charlamos, me contó su vida, le conté más o menos la mía, me dijo (cuando le dije que estaba en pareja con otra mujer) que haga la mía y que no me preocupe por lo que dijera nadie. Me sorprendió su apertura (cosa rara en mi familia paterna), quedamos en seguir en contacto, pero nunca lo hicimos.
Se llamaba Rosana, siempre fue amable conmigo, falleció ayer y fui a verla. No la reconocí. Nunca le pedí perdón.

14 comentarios:

Gerchu,  17 de junio de 2013, 8:05  

Lo siento, querida Gaby. Porque la verdad, además de triste, no tiene remedio.

Igual debo suponer que si no hubo reproches, aquello quedó para esa chica en el pasado, como tantos dolores de cada uno de nosotros, porque si no no se puede seguir.
Un beso, de los grandotes.

Ger.

Anónimo,  17 de junio de 2013, 18:59  

Un buen texto, aunque triste. me quedo por aquí..

Anónimo,  17 de junio de 2013, 21:18  

ay nena... *abracitos*. Los niños son así, fuimos así, serán así...
besos nena
Manatee

Anónimo,  18 de junio de 2013, 12:07  

Siempre sentimos que queda en rojo el balance cuando alguien se va. Pero como dice Gerchu, si pudiste seguir hablando con ella y si fue tan abierta con vos, seguro que no fue tan traumático el evento como vos lo recordás.
Una tiende a poner una lupa despiadada sobre los eventos pasados.
No lo hagas. No sirve para nada.

Te mando un abrazote enorme.

Un beso, cachorra.

Gabriela Aguirre 18 de junio de 2013, 16:35  

Gerchu: Sí, supongo que sí.
Para mí también había quedado en el pasado, hasta que la vi la última vez y recordé todo de repente.
Besos.


Jordim: Gracias.

Mana: Besos, Mana desaparecida.

Vero: Y yo soy mi juez más severo, claro.
Gracias.
Besos.

Missie 18 de junio de 2013, 18:36  

Gaby, hey…Vamos…No creas cosas donde no hay lugar, espacio, donde plasmarlas.

Me sumo , con permiso de Germán, a su comentario.

Si no le adjudicó entidad ella, en aquel encuentro, no lo hagas vos.

Con frecuencia, nosotros mismos, somos los que mediante esa recreación , esa reiteración sobre determinados hechos, le damos entidad a algo. Y , aún visto de afuera, no parece éste el caso.

No.

Abrazo grande, Aguirre.

Gabriela Aguirre 19 de junio de 2013, 2:08  

Missie: Gracias por el abrazo, mando otro.
Beso.

Gerchu,  27 de junio de 2013, 8:20  

Gaby, permiso.

Missie, no hace falta pedir ningún permiso. Creo que la gente que comentamos aquí es porque queremos a Gaby, por eso la leemos, por eso podemos disentir y por eso podemos acompañarla, aunque sea desde el último punto del globo imaginable. Así que como personita que quiere a esta niña, ningún permiso debe pedirme a mí. Si coincidimos, está bueno. y cuando no, fíjese que Gaby no nos reta por disentir.
Creo que por eso la queremos más.
Y Gaby: No, no se permita estos autoreproches. Como han dicho aquí - creo que Manatee - los niños fueron, son y serán así. Nosotros también fuimos niños, así que na de na, hay cosas que son como son. y punto..
Más besotes.

Ger.

Gabriela Aguirre 27 de junio de 2013, 16:28  

Gerchu: Jajaja, permiso.
Pero no todos los que aquí comentan me quieren, eh? A algunos sólo les caigo simpática y a algunos otros ni siquiera eso, pero mientras se mantenga en la línea del respeto, no necesito que me quiera.
De vos sí lo necesito, eh?
Besos.

Anónimo,  30 de junio de 2013, 11:19  

Gabi! Como sabés yo no tengo internet en mi nueva casa y desde el celu es muy rara la vez q logro buena conexión. Aparte que leer chiquito no me agrada mucho. De todas maneras vengo leyendo tus posteos al revés y como siempre los he disfrutado mucho.
Iba a comentar cuando estuviese con la compu pero esto que acabo de leer me ha actualizado un montón de dolor, de esos dolores que una causa sin la menor empatía.
Te cuento mi historia de crueldad para que veas que entiendo como te sentís. Yo tenia 7 años y fuimos con mis padres a una montaña donde vivía mi abuelo materno, allá había mucha pobrezan. En general las familias se desperdigaban por cuestiones laborales. El padre era peón en tal campo, la madre empleada doméstica en tal otro, los hijos era repartidos y criados entre familiares que tuviesen mejor pasar.
Así fue que mi mamá tomó la brillante decisión de traer una nena de mi misma edad a casa para mandarla a la escuela y de paso para que yo no estuviera tan sola. Yo hija única.
Durante el tiempo que estuvo en casa esa nena sufrió todos los maltratos habidos y por haber! Desde que le dijera que ella sólo podía decidir a que se jugaba cuando estuviéramos en la calle porque ella era de ahí y en mi casa mandaba yo, hasta no dejarla caminar con los pobres zapatos que tenía porque no me gustaba el ruido que hacía, tampoco le dábamos cariño. Digamos que mis padres también contribuyeron en la tortura dejando a mí maltratarla y además no se si de mala o para que yo no me ponga celosa y aumente mi nivel de tormentos nunca le regalaban nada, sólo caramelos, me acuerdo su sonrisa diciendo "siempre caramelos" y yo me le cagada de risa por chuncana.
He sido tan mala con esa pobre nena y encima nunca busqué remediarlo. Una vez la contacté pero no me animé a pedirle perdón porque me parecía otra tortura más hacerla recordar.
Igual sé que vive en Córdoba, voy a ir a verla. De alguna manera quiero hacerla sentir bien.
Gracias Gabi. Y disculpa por lo extenso de este comentario.
Fla

Gerchu,  30 de junio de 2013, 14:25  

Permiso otra vez, Gaby!

Fla: lo bien que hará. hace un tiempo, en BlindWorlds (la red accesible en la que medramos Gaby y yo) publicó alguien un adelanto de un diccionario hecho por niños.
Llevaré por siempre la definición de la palabra "Paz" hecha por un niño de 8 años.
La definición decía así:

"Paz: es cuando uno se perdona.

Así que hará bien, porque es evidente que usted ha empezado bien. y, de paso, que tenga un viaje feliz y maravilloso!

Ger.

Besos Gaby!

Gabriela Aguirre 30 de junio de 2013, 16:40  

Flavita: Hola bonita.
Mirá, creo que las cosas que hacemos en nuestra infancia son eso, cosas de niños, lo que pasa es que la culpa no te la saca nadie.
Me parece bárbaro que vayas a verla, es una oportunidad de sanar heridas, probablemente las tuyas.
Besos, Flavita, te quiero.


Gerchu: Paz es cuando uno se perdona.
Sí. Es eso nomás.
Perdonar y perdonarse.
Perdonar al otro cuando se equivoca y perdonarlo cuando tiene razón, por alguna razón siempre cuesta más perdonar cuando el otro tiene razón.
Y perdonarse, claro, con lo que eso cuesta.
Besos, Ger.

Anónimo,  30 de junio de 2013, 16:55  

gracias Germán! que lindo un diccionario de niños! Me gustaría leer más! Besos a los dos!
Fla

Gerchu,  3 de julio de 2013, 19:15  

Fla:

Este finde mirotearé por BW y le cuento bien, porque creo que es una edición hecha en Colombia, pero le paso por aquí más data. A usted y a tutti cuanti.
y, de paso: ¿por qué no se anota en www.blindWordls.com ? Le juro que entre ciegos y no ciegos, aparecen cosas preciosas por allí. Le - les - recomiendo una entrada llamada "Los justos", un texto de Hernán Casciari, leído por él mismo, en llamadas que salen por una radio de Buenos Aires. Le juro que si este año me toca despedir a alguno de mis cursos, no voy a hablar yo. Voy a poner esa grabación, que incluye un poema de Borges. Créame - créanme - que es mucho mejor que bueno.

Besos Fla, y besos Gaby!

Ger.

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