El ego y su representante

>> 8 ago 2014

DÍA 1

- Decime algo lindo - le digo a Maru.
- Yo.
[Atención. Curva pronunciada más adelante]
Me río.
- No. Algo lindo para mí.
- ¡Y yo!
[Atención. Avalancha]
- ¿Qué hay más lindo para vos que yo, eh?
[Peligro. Material radiactivo]
- Nada, por supuesto, mi amor.

DIA 2

Maru y yo en el sillón del living. Meme queriendo trapar a su madre.
- Decime algo lindo - dice Maru.
[Esta es la mía]
- Yo.
[¡Tomá!]
- ¿Por qué? ¿Hay algo más lindo que yo? - insisto.
- ¡Mamá! - grita Meme.

2 comentarios:

Gerchu,  13 de agosto de 2014, 19:52  

Sí, los niños tienen esas cosas que hacen que los queramos comer: creen que la copada era la tortuga, que los lobos eran los malos y que las mamis son bellas.

Después crecen y te arrepentís de no habértelos comido, porque ahora afirman que las liebres son las copadas y prefieren al ventajero sobre el persistente, que las responsables son las Caperucitas y que - después de todo - las mamis no solo no son tan lindas sino que se ponen más feas cuando me dicen que no.

Así que disfrútelas. A Ego y a su representante, que ese contrato puede vencer y entonces se añora.

Besotes!

Ger.

Gabriela Aguirre 9 de septiembre de 2014, 13:33  

Gerchu: ¿Te levantaste optimista vos?
Las disfruto. Las disfruto incluso cuando quiero matar a sus representantes o a la casa matriz. Y no las mato porque después las extrañaría no por falta de ganas, eh?
Vos, querido, ponele más azucar al mate que te noto como un poquito... eh... falto de azucar, eso.
¡Y no me vengas con la diabetes o lo que mierda sea que desde el transplante podés comer lo que se te cante, tamos!?
Besos.

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