Veinte

>> 12 feb 2015

Cinco razones por las que la amo

1.- Me lleva el mate a la cama todos los días. Todos. No sólo en mi cumpleaños o en nuestro aniversario o en el día del arquero. No. Todos todos los días. Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos. Es así nomás. Ah, y me hace tostadas con el mate.
2.- En esos días en que me levanto odiando al mundo (porque sí, hay días en que odio a todo mamífero que se me cruce y el mundo está complotado en mi contra), me dice que estoy insoportable, pero se ríe y me hace un mimo. Y yo sé, lo tengo clarísimo, que en ese estado saco a Buddha del nirvana y se pone a romper todo.
3.- Me sigue en cualquier desvarío o hobby que se me ocurra tener, supongo que sabe que me dura lo que un pedo en un canasto y por eso prefiere seguirme la corriente. Y cuando digo cualquiera, me refiero a cualquiera, plantas, hormigarios, kéfir y un largo etc.
4.- Toda vez que cocino me dice que está rico. Aunque no esté.
5.- Indefectiblemente antes de cada parcial, exposición o lo que sea, me manda un mensaje de éxito.

Cinco razones por las que me odia

1.- Juego al tetris con el tacho de la basura. Es decir, lo lleno hasta el infinito y más allá, ato la bolsa y la saco cuando ya no puedo seguir apilando, pero eso no sucede muy seguido, siempre se puede seguir apilando.
2.- No la abrazo para dormir. Nunca. La cucharita está sobrevalorada. He dicho.
3.- Soy lo más inconstante del mundo mundial, así que para que termine algo me tiene que estar atrás porque me aburro rapidísimo y largo todo a la mierda.
4.- Soy lo más rata de la existencia en cuanto al delivery. Si por mí fuera, no compramos comida hecha jamás de los jamases (y de hecho, casi que no lo hacemos).
5.- Fumo como si no hubiera mañana.

Las cinco razones por las cuales yo la odio, se las digo en privado, y las cinco razones por las que me ama las debería escribir ella, pero en total son veinte.

Este post fue escrito porque se me quejó el amigo Germán.

6 comentarios:

Gerchu,  14 de febrero de 2015, 17:47  

ahora sé lo que siente el dedicando de una obra maestra de la literatura ... emoción, mucha.

Sí, yo me quejé - amargamente podría decirse - y leerte otra vez un post es como reencontrar una medallita que ganaste alguna vez en algún sitio, y que un día extrañás ... y buscándola, la encontrás, lo cual es mucho más improbable que ganarse una medallita, que perderla luego y que encontrarla el día en que se te ocurre que la necesitás.

y si esto lo leés en tu antigua casa, una que pronto ya no será más tu casa ... buee ... recetita completa para un bonito lagrimón.

y sí, ya se sabe: soy mariconazo, nada nuevo ahí.

Graacias, que debí decir antes que nada, pero dejo para el final, junto a varios besos para vos y - obvio - para quien y quienes te tienen tan ocupada y amante, peques incluidas.

Ger.

Gabriela Aguirre 14 de febrero de 2015, 22:29  

Ger: De nada. Ocupada me tienen, sí, muy. Feliz también, claro.
Nos estamos viendo y si no nos vemos nos estamos tocando un poco, dale?
Besos y abrazos de todas nosotras.

María Font 19 de febrero de 2015, 2:02  

La cucharita está sobrevalorada, no hay vuelta.

Gabriela Aguirre 24 de febrero de 2015, 11:21  

Alma vacía: Ab-so-lu-ta-men-te sobrevalorada. Lo sabe usted y lo sé yo, pero todavía tengo que convencer a mi partenaire. Bienvenida.

Anónimo,  25 de septiembre de 2015, 0:54  

tetè!!!!.... no habìa leìdo èsto!!.. te describìs y me parece verte!! jajaj.... y no estoy de acuerdo!!... dormir en cucharita es lo màs!!... pero despuès, una vez dormida, chauuuuuuu!!! becho!!

Gabriela Aguirre 29 de septiembre de 2015, 0:46  

Moni: Jajajaja! Bueno, yo me duermo sueltita. Y ella, claro, también.Besos!!

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