Mentira y memoria (o sólo memoria)

>> 2 sept 2015

La única, lean bien, la única, manera de que nadie nos descubra en una mentira es lograr una de dos cosas:
a) O bien mentimos de forma que nadie se vea implicado y, por ende, es sólo nuestra palabra la que se necesita para demostrar tal o cual hecho (falso, está claro), o bien
b) Nos aseguramos que las personas implicadas guarden absoluto silencio.
Claro que cualquiera de estas dos cosas representa un problema. O más de uno. Ya hablé de las bondades de la mentira por estos lares, ahora vamos a hablar del otro lado de la vereda. Supongamos el punto a)
Mmmm..., ok, no se me ocurre ningún ejemplo concreto, de hecho me parece que no lo hay, ¿de qué manera podría mentir siendo la única persona implicada en esa mentira?
...
Ah!, ¡ya sé!, podría decir que siento algo que en realidad no siento, supongamos un "te amo".
Sería más o menos así: digo "te amo" cuando sé perfectamente que no es así porque, ponganle, amo a otra... ¿para qué por el amor de Buddha? Bueno, no sabemos para qué, pero supongamos que sí sabemos por comodidad literaria; si quiero que esa mentira se mantenga en el tiempo necesito que la otra persona no sólo escuche mi "te amo", también lo tiene que ver reflejado en acciones, es decir: tengo que mostrarle que la amo además de decírselo. O sea, un laburo enorme. Eventualmente la odio a ella, me odio a mi y odio al mundo (menos a la otra que amaba antes aunque por ahí también cae en la volteada). O, por ahí, en una de esas, termino amándola nomás sólo por la costumbre de fingir. Alguien dijo alguna vez que el amor también se construye, no creo que esta sea la forma, ¿pero quién soy yo para tener todas las respuestas?
Se me ocurrió otro ejemplo menos horrible: digo que te llamo a las tres, pero me olvido de llamarte a esa hora porque, no sé, porque me colgué viendo los dibujitos o porque la cantimplora, no importa. Por supuesto si te digo que me olvidé yo sé (y ella también lo sabe) que nos vamos a enfrascar en una discusión de cuatro horas en la que van a salir cosas del tipo "te olvidaste porque no me querés más" o huevadas de ese estilo, entonces me parece más productivo mentir y ahorrarme doscientas horas: "se me cayó el celular al agua y se murió" hecho que deberemos acompañar con la muestra de nuestro celular chorreando agua, por supuesto. Y no importa si es uno que nos acabamos de comprar y que nos salió un ojo de la cara y la mitad del riñón izquierdo, si queremos que esa mentira se mantenga hay que llevarla hasta las últimas consecuencias; "tenía el teléfono en la mano para llamarte y me caí en el baño, se ve que me golpee la cabeza porque me desperté tres horas después" y, claro, presentar radiografía de la fecha que indique el traumatismo de cráneo que nos autopropinamos para zafar. 
Por supuesto era mucho más fácil decir que nos olvidamos, pero bueno, cada una...
Ahora supongamos el punto b) porque este es el más común.
Supongamos que invité a mi ex a almorzar a mi casa y se lo dije a mi actual porque una no come vidrio y porque no da no atender el celular durante horas, supongamos también que promediando la tarde se largó la tormenta del siglo, se inundó todo y no había colectivo, remis, taxi o helicóptero que se la llevara a la seguridad de su hogar y, por ende, se queda a dormir. Imagínense que si ya mentí por un pequeño olvido en una llamada, es obvio que acá también voy a mentir porque, bueno, supongo que porque sé que ella me va a hacer un escándalo padre si sólo se lo menciono como posibilidad. Cuando me pregunte al día o al mes siguiente "¿y cómo se fue tu ex a su casa?" yo tengo que tener preparada una respuesta que cierre por los cuatro costados "la llevo mi hermano/cuñado/vecino porque no había colectivos ni remis", por ejemplo. 
Y acá sonamos.
En principio ya tengo a dos personas implicadas, a mi ex y a mi hermano/cuñado/vecino, ponganle que mi ex no tenga ninguna comunicación con mi actual, pero eso no me garantiza nada, puede hablar con alguien y, vieron cómo es esto, tarde o temprano alguien le dice lo abierta que es por no enojarse y a la mierda todo, pero ponganle que no, que mi ex es el colmo del ostracismo y vive en el diome de la montaña sin wi-fi ni amigos ni correo argentino que le lleve una postal de vez en cuando, todavía queda el temita de mi hermano/cuñado/vecino, al que yo podría decirle "si mi novia te pregunta, vos llevaste a mi ex a su casa, ok?" y él va a decir que sí porque es mi hermano/cuñado/vecino, pero conforme vaya pasando el tiempo se va a olvidar porque, todos y todas sabemos, para mentir hace falta una excelente memoria.  Una recuerda perfectamente los hechos reales, pero los inventados es otro tema; en cinco años en una conversación pelotuda resulta que salta que no, que no la llevó nada porque ese día justo había salido a no sé dónde y estaba contando la anécdota y ¡zaz! 
Lo mejor es matarlo, por supuesto, pero matar al hermano/cuñado/vecino de una no está bueno (ok, matar a nadie está bueno, pero juro que hay gente que se lo merece) y, ¿entonces? Entonces estamos fritas. Si hay más de una persona implicada (y esa una es una misma, valga la redundancia), la posibilidad de que se descubra esa mentira es exponencial a la cantidad de personas en el ruedo.
Otra posibilidad es mudar al hermano/cuñado/vecino de país y, si es posible, de planeta. Preferentemente a un lugar donde no haya wi-fi, ni amigos, ni correo argentino que le lleve una postal de vez en cuando.
Pero no se puede, claro. O sea, sí, se puede, pero no es práctico ni barato y mepa que hay algún derecho humano que estaríamos violando. ¿Entonces? Entonces nada, si en la mentira hay más de una persona implicada, e-ven-tual-men-te sale a la luz.
Moraleja: Mejor decir la verdad que trae menos problemas.
Yo soy una mentirosa horrible, me olvido, digo pelotudeces y la mejor mentira que se me ocurre es "mi perro se comió mi tarea". Y todo eso es porque no tengo memoria.
Corrijo: no tengo memoria para mis propias cosas, para la de los demás tengo una memoria asquerosamente exacta. Y además paciencia. Sé que si te engancho en una mentira lo mejor es no enfrentarte en el momento, sino esperar. Y espero porque sé que, eventualmente, te vas a olvidar y te vas a pisar solito/a. Y ahí, ahí mismo, agarrate.
Y corré.

7 comentarios:

cris,  2 de septiembre de 2015, 19:46  

stand up. ya mismo.

Gabriela Aguirre 3 de septiembre de 2015, 0:14  

cris: ¿Usted dice? Jajajaja! Nahhhh... ¿y si tengo pánico escénico?

cris,  3 de septiembre de 2015, 16:18  

usté, pánico escénico? nah! y si ese fuera el caso, escriba y publique. o le escribe los guiones a otrx. o lo que sea, pero que salgan estos textos de la panatalla. me reí muchisimo, como (casi) siempre con usté. siga asi!

Gabriela Aguirre 7 de septiembre de 2015, 2:09  

cris:Ahhh... me encantaría tener tiempo para escribir. ¿Publicar? Nahhh... eso lo hacen los escritores, yo sólo tengo un blog (que casi ni actualizo).

cris,  7 de septiembre de 2015, 12:45  

con reformular un poquitito los textos del blog, ya tiene un libro mire vea. mirelon a casciari, a la carolina aguirre. maneje esa data, nada mas le voy a decir.

Anónimo,  7 de septiembre de 2015, 21:11  

Uy, qué temita... durante algunos años fui amiga de una mitómana. No tuvo en cuenta que dio nombres y el mundo es demasiado chico, lo que estaría confirmando tu teoría. Para solucionar el tema de sus patas cortas, la mentira puede trasladarse en zancos, sucede que, con zancos, no es tan fácil caminar...
Me alegró encontrar la actualización, siempre es un gusto leerte.
Saludos,
Mariela (lectora anónima que, después de meses, tuvo la ocurrencia de visitar este espacio)

Gabriela Aguirre 8 de septiembre de 2015, 1:59  

cris:ok, lo tengo en cuenta, jajjaja!

Mariela:Con zancos es difícil, sí. Imposible no, pero lleva un laburo enorme! Siga pasando, no le prometo actualizaciones seguidas, pero de vez en cuando...

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