Carta

Querido Papá Nuel,

Como sabrás no creo en vos... digo, ya estoy grande -no mucho, ponele-, pero resulta que en los últimos años no te portaste muy bien -más bien el último año- y quería saber si eso se debe al hecho -pequeño- de mi falta de fe.

Papá Noel en una vespa

Mirá, te voy a ser sumamente sincera, resulta que se me complica creer en alguien que vuela en un trineo, sobre todo porque nunca vi un trineo que vuele, pero ponele que exista ¿tirado por renos? ¡Acá ni siquiera hay renos! Si me dijeras un sulky tirado por caballos, vaya y pase, pero ¿un trineo? Y, además ¿te parece vestirte de rojo, con gorro y todo, cuando hacen 40 grados? Nadie en su sano juicio haría eso en pleno diciembre...

Por otro lado nunca entendí eso de andar repartiendo juguetes en todo el mundo en una sola noche, bueno, se complica entender, pero no porque sea imposible recorrer esa distancia -por mucho trineo volador que tengas- en una sola noche, sino porque, en serio ¿no se te ocurrió que sería más práctico entregar otras cosas? No sé..., comida, por ejemplo, en algunas casas, ropa en otras, agua en otras, un poco de felicidad en la mayoría.

Veo que te falta un poquito de conciencia social así que me voy a aprovechar de eso. 

Básicamente te escribo para pedirte algo que quiero mucho. Te escribo acá porque nadie en Correo Argentino supo darme tu casilla de correos y me miraron raro y, todo bien, estoy acostumbrada, pero cuando amenazaron con llamar a unos señores vestidos de blanco preferí irme sin insistir.

Así que este año, por favor, nada de medias ni bombachas ni peluches, nada de perros o gatos o  hamsters, ni remeras ni nada, este año quiero un par de rollers, tamos? Y no me vengas con que no los voy a usar, con que siempre me caliento con algo y luego a los dos meses lo abandono ni ninguna excusa de esas ok?

Quiero rollers, de los lindos, no hace falta que sean muy caros, me conformo con unos cualquiera medianamente copados y, si tenés ganas, rodilleras porque probablemente me estrole en la primera vuelta.

Así que ya estás advertido, no me salgas después con que no te llegó mi carta o con que no la hice con el suficiente tiempo de anticipación o pavadas de ese estilo, no te pongas burocrático vos también.

Saludos descreídos, 

Gabriela

P.D.

Y sí, me porté bien, o, al menos, me porté lo mejor que pude y eso debería alcanzar. El año pasado mi hermanito se portó para el orto y vos le trajiste una play.

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Alias

Magui me manda una encomienda desde Salta con toda la ropa que se llevó demás y unos regalitos para mi (como por ejemplo hojas de coca para el mate!), ayer a la salida del trabajo paso por la terminal a buscarlo y se desarrolla la siguiente conversación:

- Hola, me mandaron una encomienda desde Salta...

- ¿Tenés el número de guía?

Le pongo mi mejor sonrisa de inocente, cabeza ladeada hacia la izquierda, pestañeo rápido y contesto:

- No.

- Bueno, buscamos por el nombre entonces...

- Ay, gracias... - continúo con la sonrisa boba.

- Y tu nombre es...?

- Gabriela Aguirre.

- Ahí busco.

Y se pone a revisar una pila enorme de papeles.

- Gabriela qué Aguirre?

Esta hija de puta puso el segundo nombre y la mato, la ma-to dos veces.

- Noemí.

- Hummm... no. Acá tengo una Gabriela Aguirre, pero no es Noemí, cuál es tu dni?

Se lo digo.

- Ah, sí, es este.

Lo miro y me pongo colorada.

Me entrega la caja riéndose, la agarro y me voy. En la caja escrito en letras grandes de imprenta dice: "Entregar a Gabriela Pascu Aguirre". Una cosa es que ella me diga así y otra muy distinta es que todo el mundo desde Salta hasta acá lo sepan.

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