Sabines

>> 27 ago 2013

Porque la medida es la piedra angular del conocimiento y, sobre todo, porque ella es una rompebolas importante, cada vez que digo "te amo" pregunta "¿cuánto?".
Por supuesto yo me despacho con una serie de lugares comunes del tipo "hasta el infinito y más allá" o, el nuevo "hasta el cielo ida y vuelta en caracol" y voy probando diferentes cantidades hasta que la pego con una que la satisface.
Esta semana, por mensaje de texto, vuelvo a decirlo y vuelve a preguntar "¿cuánto?" y me dije que esta es la mía. Contesto "hasta el fondo de todos los abismos, hasta el último vuelo de la última ala" y espero. Responde "cuando la carne toda no sea carne, ni el alma sea alma".
Y me caga, claro.

Read more...

La vieja Emilia

>> 22 ago 2013

La vieja Emilia es una cliente que siempre viene a comprar dos (2) empanadas. Habla hasta por los codos, yo, personalmente, no me la banco, siempre me peleo con mi hermana para ver quién la atiende, a veces gano y a veces pierdo.
Hace un par de semanas ocurrió lo siguiente: Vino un viernes por la mañana y encargó un pollo al spiedo para las ocho de la noche. A las ocho, por supuesto, su pollo estaba listo, pero a las ocho no vino, a las ocho y media tampoco ni a las nueve. A las diez lo vendí. A las once cerré. La vieja Emilia jamás vino.
Al día siguiente cae como a las diez y media de la mañana.
- Buen día -dice la vieja.
- Buen día, no vino a buscar su pedido ayer -le recuerdo.
- Sí, me olvidé, lo vengo a buscar ahora.
- Ahora no hay ninguno listo, van a estar listos para las doce y media o una.
- Pero yo quiero el que pedí ayer.
- El que pidió ayer, Emilia, cuando usted no vino a buscarlo lo vendí.
- ¡Qué mal! ¡No confían en mi palabra! ¡Si yo digo que vengo, es que vengo!
- Pero de hecho usted no vino.
- ¡Porque me olvidé!
- Bueno, eso lo sabe usted, yo lo único que supe ayer era que usted no vino, en mi imaginario podía haberse olvidado o muerto, para el caso era lo mismo.
- ¡Pero tanto querés vender!
- Señora, usted hizo un pedido, yo lo tuve listo para la hora en que lo pidió, dos horas después asumí que no vendría por las razones que fueran y que no pueden importarme menos, tenía un cliente esperando, un cliente que sí estaba acá.
- Pero tenés que confiar en mí, vine ahora a buscarlo...
- Señora, vino un día después, yo no guardo pollos de un día para el otro. Si quiere uno ahora, se lo reservo y lo vuelve a buscar a la una de la tarde.
- No, quiero el que pedí ayer. No confían en mí.
- Yo confío, pero lo cierto es que usted no vino, no estaba ayer acá, así que, en este punto, no quisiera parecer grosera, pero a la confianza le di un mejor destino.
Obvio que la vieja no vino más a comprar sus dos (2) empanadas diarias.

Read more...

Emma

>> 11 ago 2013

Ayer vi un labrador chocolate en la esquina de mi negocio.
Salí casi corriendo (todo lo corriendo que me permite mi bota walker, al menos) para ver si era Emma.
Y no, no era.
Y me quedó como un granito de arena metido en el corazoncito.
Extraño a Emma. Extraño que venga a recibirme moviendo la cola y saltando, que me traiga la pelota para que se la tire doscientas tres millones de veces, que la tenga que correr por todo el patio para aplicarle una vacuna, que se siente educadamente para comer, que persiga a las gallinas, que ladee la cabeza cuando la reto, que me robe algo y salga corriendo.
Hace casi un año que algún hijo de puta se la llevó de mi casa y me descubro buscándola en todas partes, no saqué los carteles de recompensa, me paro ante cada labrador chocolate que encuentro.
Extraño a mi perra.
Que no era mía, es claro.
Yo era de ella.

Read more...

De cuando Potter se resignifica

>> 10 ago 2013

Harry Potter significó durante gran parte de mi vida un consuelo, un refugio, un lugar al que podía regresar cada vez que la tristeza o la desesperación me tapaban hasta la cabeza, o metía la pata hasta el caracú, o la metáfora que quieran, ya hablé suficiente de Potter en este blog como para que entiendan sin tener que dar demasiadas explicaciones. 
Nunca entendí muy bien por qué Harry representaba eso para mí, tampoco es que me lo haya preguntado tanto, simplemente funcionaba y una no se cuestiona las cosas que funcionan (aunque debería, está claro).
Cuando el malhumor me gana, como ahora, o bien duermo o bien me distraigo con algo para no matar a nadie. No podía dormir porque tenía que trabajar y eso, en un punto, me distrajo, pero a la hora de la siesta agarré a Potter y leí unas cuantas páginas a ver si, al menos, me distraía un poco.
Siempre leí a Harry con placer, pero también siempre lo leí buscando refugio. Hoy, sin embargo, lo leí sólo por placer puro y, para mi sorpresa, ya no necesité el bálsamo Potter.
No sé si es porque no estoy triste sino más bien todo lo contrario, o si porque resignifiqué a Harry, pero el punto es que hoy, por primera vez en unos cuantos años, fue sólo placer.
Creo saber (sí, recién ahora, soy de efecto tardío) de dónde venía la búsqueda de refugio en sus libros. Ya no es necesaria esa búsqueda y por eso, sólo por eso, es que este post me encuentra sonriendo.

Read more...

Humor físico y nerd

>> 4 ago 2013

Lugar: Universidad, hace un par de meses.
Yamil, Ale y yo salimos de la biblioteca y nos dirigimos al buffet a recargar energías. En la puerta está Gregorio (que no se llama así, se llama Carlos, pero le decimos Gregorio).
- ¡Hey! ¡Hay una alteración en la gravedad! De repente todos vienen hacia mi... -dice Gregorio (estudiante, también, de matemática e ingeniería).
- Porque vos tenés más masa -responde Ale.

Read more...

Culpa al cubo

>> 2 ago 2013

Vivo en un barrio de casas bajas, calles de tierra, poca iluminación y mucho terreno al dope. Detrás de mi casa, de hecho, hay un gran campo con pastos que llegan hasta la cintura. Por supuesto, en este lugar pululan una gran cantidad de alimañas de diferentes tamaños. ¿O por qué creen que tenemos tantos gatos? Sí, ok, porque nos gustan, pero además porque mantienen a las alimañas lejos de casa.
O eso me hubiera gustado. 
Mi gata, la Pelu, está grande, gorda y vaga. Encontré en mi casa rastros de una alimaña, del tipo roedor pequeño. Laucha, para ser más exactas. Que me encantan, pero me encanta más que no vivan en mi casa. Así que fui y compré el dichoso veneno, leí las instrucciones y casi no lo pongo cuando leí "proporciona una muerte lenta por hemorragias internas". Si esta aclaración era para que la gente compre, conmigo no funciona, les aviso. Igual lo puse porque, bueno, porque no quiero alimañas en mi casa, pero con culpita porque me gustan mucho los roedores.
Hoy, viernes, catorce horas y llego del negocio. En mi almohada, acomodadita, estaba una lauchita mínima. La miré y me miró, ni asomó moverse.
- ¿Qué hacés acá? -le pregunté, pero, claro, no respondió. Respiraba agitada y ahí me di cuenta que no estaba bien. Me acerqué, agarré una bufanda de lana y la envolví en ella, la levanté, le hice un mimo detrás de las orejas y le dije:
- Te comiste el veneno, tonta.
Se quedó quietita, se arrellanó en la bufanda y esperó. Yo esperé con ella haciéndole mimos. La enterré en el jardín de casa. Odio tener que hacer estas cosas.
Y sí, tranquilos, después saqué todas las frazadas y acolchados afuera, cambié las sábanas, rocié todo con lisoform y limpié mi casa íntegra.

Read more...

El más comentado...

Vistas de página en total

  © Blogger template Simple n' Sweet by Ourblogtemplates.com 2009

Back to TOP