Cerrar los ojos

>> 19 jun 2013

Si pienso en ella, y pienso en ella muy a menudo, lo primero que recuerdo son sus ojos. Es como una foto, un extracto de una foto. Veo no sólo el exacto color y la exacta forma, sino también la intensidad, la profundidad que tenía su mirada. 
Cuando ella me miraba, era como sumergirse en un abismo, como caer y seguir cayendo y no terminar de caer nunca. Empezábamos una de esas charlas de pensamiento gallináceo que comenzaban con la vida ordenada de las hormigas y terminaban en la utilidad de los planes sociales, sin saber cómo es que llegabamos de allí hasta aquí. En esos momentos, sus ojos, su cara toda, pasaban por un sinfín de estados: fruncía el ceño cuando no estaba de acuerdo con alguna afirmación mía, levantaba las cejas cuando reconocía una idea propia en mi discurso, entornaba levemente los ojos cuando el tema la estimulaba. A veces, y sin que exista un motivo en particular, me interrumpía y me plantaba un sonoro beso, después, y con una risa reprimida preguntaba "¿en dónde estábamos?" y seguíamos con los planes sociales para pasar a la poesía de Salinas sin saber cómo es que llegábamos de allí a aquí otra vez.
Sus mirada hablaba tan intensamente como su boca. Yo sé que se puede leer el rostro de otra persona sin mirarla a los ojos, pero cuando nos mirábamos, cuando nuestros ojos se encontraban no sólo sabía cómo se sentía ella con lo que estábamos hablando, sino que ella sabía que yo lo sabía.
Si pienso en ella, decía, lo primero que recuerdo son sus ojos, la comunicación en ellos y en los mios, la manera en que nos perdíamos en elucubraciones brillantes o muy bobas con el mismo ímpetu y la misma alegría. La comunicación, como saben todos, es un acto creativo, una negociación entre dos personas. Y no importa tanto que el otro entienda perfectamente lo que una diga como que también contribuya con su parte. Cada vez que hablábamos creábamos un mundo nuevo y propio. Un mundo en el que nos perdíamos sin miedo, en el que personajes de libros tenían tanta consistencia como nosotras  mismas, en donde todo era posible.
De alguna manera, sus ojos, su mirada, me hacía sentir expuesta y vulnerable. Y feliz.

Read more...

El más comentado...

Vistas de página en total

  © Blogger template Simple n' Sweet by Ourblogtemplates.com 2009

Back to TOP