Fundamentalistas

>> 25 abr 2012

Abriendo un nuevo espacio, en un punto sugerido por la amiga Mana-T (que dice que mi blog apesta últimamente y que quiere a la mala onda de siempre), vamos a comenzar a enumerar y justificar las cosas que odiamos desde este lugar virtual (la segunda persona del plural se usa únicamente por motivos de falsa humildad, tamos?, no es que me desdoblé en mis otras personalidades al mejor estilo Sybill).
El tema de hoy es: los fanáticos extremistas de (inserte aquí el tópico que más le guste).
Y los odiamos profundamente (ok, quizás la palabra "odio" es un poco fuerte, pongamos que "los despreciamos profundamente" mejor) porque no escuchan razones y, lo que es peor, no brindan un sólo argumento.
Primero consultamos la wiki y nos dice del fanatismo que: es una pasión exacerbada, desmedida y tenaz, particularmente hacia una causa religiosa o política, o hacia un pasatiempo o hobby. Consta de una apasionada e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y monomanía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces indiscriminado y violento.
Con esa definición casi que no haría falta ninguna explicación más que justifique nuestro desprecio, pero la hacemos porque somos buenos y, sobre todo, verborrágicos.
Y dentro de ese extenso grupo de fanáticos extremistas me voy a referir, por hoy, a los fanáticos extremistas religiosos. ¿Por qué? Porque viví con un grupo de ellos durante dieciocho años y porque cada vez que me cruzo alguno me dan ganas de zamarrearlo (pero no lo hago porque probablemente me exorcise o algo así).
En mi hogar de la infancia el fundamentalismo religioso era vivido según las siguientes maneras:
1.- Nada se hacía si no estaba escrito en la Biblia (una vez tuve miedo de que me obligaran a ayunar por cuarenta días).
2.- La interpretación de la Biblia era li-te-ral (obviamente con un literalismo selectivo, cristianos sí, boludos no).
3.- Si rezabas mucho podían ocurrir las cosas más inverosímiles, como por ejemplo, que los platos se lavaran solos, ponele (lo que nunca ocurrió, claro), o que el violador de la familia, que nunca falta, dejara de hacer de las suyas (algo que tampoco ocurrió nunca, obvio).
4.- Cuando le hablaban a Él (no, no a Néstor, al otro), usaban un castellano neutro (nunca comprendí eso, ¿qué, si no le digo de "tú" y le digo de "vos", no me entiende?).
5.- Las misas o cultos eran sa-gra-dos y había que participar de alguna manera (yo cantaba, por ejemplo, sí, pueden reírse ahora).
6.- Todo lo que no estaba aprobado en el librito ese, era considerado "del demonio" o "del mundo" (se ve que ellos vivían en un mundo paralelo, precursores del sci-fi) o "del enemigo" (yo y mi manía de cuestionarlo todo, por ejemplo, y no era importante que tuviera siete años o menos, eh?).
Y, sobre todo, y lo más importante:
7.- Pregonaban el "haz lo que yo digo, más no lo que yo hago", por ejemplo, mi tía fue pastora durante un tiempo y, ¿adivinen de qué vivía?, sí, mis queridos, del diezmo (estoy total y absolutamente en contra del diezmo, pero, al menos, las iglesias evangélicas se autofinancian, mientras que la católica recibe una asignación del estado, o sea, de todos nosotros. Hablando de eso, tengo que hacer la apostasía ya porque no acepto que estos hijos de puta reciban un puto peso en mi nombre por un año más).
Y acá vamos a hacer un paréntesis para fijar ideas: no estoy hablando de la gente que cree en dios y practica su fe de manera respetuosa para con los que no creemos en nada, sino de los otros, los fanáticos. Y los encontramos en todas las religiones, obvio. Mi experiencia fue con evangelistas, pero los hay en todos lados. ¿Acaso en el siglo XVI y XVII no se condenaban a las ciencias por transgredir los dichos bíblicos (pregúntenle a Galileo o a Copérnico)? ¿Y las Cruzadas? ¿Y la "Santa Iquisición"? Ahhh... asco me dan. Ya vamos a hablar de la Iglesia Católica y sus maravillosas contradicciones, pero hoy no.
Los fanáticos son, sobre todo, ignorantes. Tienen un razgo de ingenuidad, claro, pero sobre todo son ignorantes que no pueden defender sus creencias más que por la agresión o tildando al que piensa diferente como "el enemigo". Son dueños de la verdad, abogado, juez y verdugo, no aceptan un mundo diferente o diverso, quedaron anclados en el año 30 (o 33, ponele) y de ahí no pueden -ni quieren- moverse.
Promueven la intolerancia más absoluta, si no pensás igual, estás equivocado y te vas al infierno. Punto final.
Los fanáticos fundamentalistas religiosos creen en la interpretación literal de la biblia y la consideran casi un texto de historia, es decir, lo que dice que ocurrió, ocurrió así y listo. Sin embargo, esa literalidad es selectiva, dicho de otra manera, seleccionan lo que les conviene tomar de manera literal y el resto lo dejan.
Voy a dar un ejemplo extremo: Mateo 5 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. En mi familia no vi ningún manco, y, creánme, lo merecían, ¡yo me hubiera convertido en talibán de la literalidad para eso!
Una vez le pregunté a la madre de mi padre de qué tamaño tenía que ser un arca como para llevar una pareja de cada animal sobre la tierra, me dio las proporciones bíblicas y yo, culo inquieto, saqué cuentas, transformé pies en metros, me dio algo así como un bote grande de 140 metros de largo por 30 de ancho y fui a exponerle mis dudas a la señora ésta que, por supuesto, primero me dijo que para Dios todo era posible (como poner un montón de animales juntos en un recipiente de un tamaño poco adecuado) y después me castigó por hereje.
Leí muchos textos de historia del Medio Oriente y, ¿saben qué?, en ninguno encontré que los israelitas fueran esclavos de Egipto, pero, claro, no soy experta y probablemente no haya encontrado el texto adecuado, seguiré buscando...
Ni hablar de la homosexualidad. Palabra prohibida para cualquier fundamentalista religioso. En mi familia aceptaban que fuera lesbiana, siempre y cuanto, no practicara mi sexualidad. Es decir, Dios me amaba aunque fuera torta, pero no me amaba más si era sexualmente activa en mi tortez (el chiste de "¿y si fuera sexualmente pasiva"? no va, que se sepa). Para decirlo de otro modo: toleraban mi lesbiandad siempre y cuando no se notara.
Esto, para mí, es como decir "no soy racista, me gustan los negros que pueden pasar por blancos" o "no soy antisemita, sólo acepto a los judíos no practicantes". ¿Me están jodiendo?
Era obvio, anclados en el año 30 como están, si pudieran estarían apedreándome en la plaza principal, pero, ojo, Dios me ama, eh?
Y es por eso que los desprecio. Sacan lo peor de mí porque no escuchan, se escudan detrás de un librito para evitar pensar porque no pueden aceptar la duda como parte de su vida, la duda es Satanás, probablemente. 
A partir de hoy me convierto en tan talibán como ustedes y ni pienso escuchar a nadie que me de razones que vayan desde el "la biblia lo dice" hasta el "sos el enemigo". Si quieren charlar conmigo busquen otras razones lógicas, díganme que no les gusta lo que hago, que les parece inmoral, que les doy asco (y, puede gustarme o no, pero es respetable), pero huevadas no, tamos?
Así que desde acá les deseo lo siguiente:
"Deseo que mañana un grupo de científicos encuentren, no sé, la lanza con la que atravesaron el costado de Jesús, ponele -si existiera tal cosa- y que, en una muestra de adn encuentren que, efectivamente, Jesús nació de padre y madre mortales, que su padre era 0+ y su madre también", y a ver cómo justifican eso.

Read more...

El más comentado...

Vistas de página en total

  © Blogger template Simple n' Sweet by Ourblogtemplates.com 2009

Back to TOP