Bicherío

>> 17 feb 2010

Miércoles a la tarde. Día de traslado del resto de mi animales (ya saben que tengo mi zoo personal, no?). Había dejado a mis gatos casi dos días solos (con alimento y agua, gente ¿con quién creen que están hablando?) por la lluvia y ya me preocupaba.
Llego y la negra puta, la arisca, la que ni pelota cuando la llamo... esa misma viene a mí como si yo fuera el mesías de los gatos y acabara de cruzar el mar rojo. Le hago unos mimos, se deja levantar y todo (¬¬), hija del rigor es.
- ¿Dónde está Theo?
- Miauuuuuuu
¿Pensaban que me iba a contestar, eh? Si me contesta primero me muero de un infarto y luego me lleno de plata a su costa.
Lo busco, lo llamo, Theo no está. Me entra miedito. Mierda.
- Theeeeeoooo, gato puuuutoooo, vení gordito con mamá.
La nada misma. Debe estar escondido, empiezo a llevar el resto.
Jaula con aves, peces en contenedor, pecera vacía, Astor en un frasquito (es un laberíntido, gente, respira aire como nosotros, en un frasco se la re banca), alimento de los gatos, alimento de los peces, filtro, calentador, luz... ¿qué más?... piedritas de los gatos, tazones de los gatos, bandeja sanitaria de los gatos... ¿y el gato?
- Theeeeeeooooo, vení papi que tengo regalito.
- Mauuuuu...
Gato interesado ¬¬. Pero dice "mau" en lugar de "miau" así que lo quiero.
Ambos en gatera y no les gusta ni un poco.
El viaje entero a los gritos pelados. Si los torturara no gritarían ni la mitad.
Llegar, darles de comer, convencerlos de que salgan de la gatera. Todo eso duró dos horas.
Ahora están ambos acostados al lado mío.
Theo a mi izquierda, pegado a mí, la negra puta a mi derecha, a los pies de la cama (se hace la independiente). Cada tanto se levantan y vienen a que les haga mimos. Extrañaron los muy putos. Yo también.
Amo a Lily y a Ema, los peces me dan muchas satisfacciones, las aves... mmmm... son lindas, pero mis gatos... no hay nada como mis gatos.



Sí, ya lo sé: soy la futura vieja loca de los gatos. No me importa nada.



Bien, acá voy a hacer un recuento para que vean la magnitud de la suma de mis animales, más los animales de mamá, más los animales de mi hermana, más los animales de mi hermano, más los animales de mi hermanito.
La suma total da:
10 perros (dos machos, ocho hembras..., pero una hembra está en el negocio así que no suma)
5 gatos (tres hembras, dos machos..., eran cuatro, pero Franco se encontró una bebé hace dos días)
4 cotorras australianas (tres hembras, un macho)
15 gallinas (aproximadamente... con la cantidad de pollitos una nunca sabe)
¿Bicheros, nosotros? Nahhhhhh...

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Después de la lluvia

Lluvia.
El barro del mundo está en José C. Paz, sépanlo.
Suelto a las perras, que no conocen mucho y empiezan a investigar el parque de mamá. Bueno, Lily investiga, Ema salta como desaforada trayéndome la pelota para que se la tire.
Le tiro la pelota (imaginan una de tenis, no no, de fútbol) y Ema la trae, se la tiro, la trae, se la tiro, la trae... indefinidamente. Me olvido de Lily. Pasa un rato. Lily no está, Lily se fue y la puta madre, me cago en perón.
Salgo a la calle al grito de "Lilyyyyyyyy" y la muy puta es incapaz de venir o ladrar o aullar o hacer algún ruido. Doy vuelta la manzana y la veo muy tranquila en la casa del vecino de atrás que me dice que le quiere comer el conejo y que si no es mala. Sep, mala, malísima es (no es cuestión de decirle que le tiene miedo a las arañas, hay que mantener una reputación de dogo argentino asesino). La llamo y ni pelota. No es sorda, me ignora olímpicamente. Te estoy haciendo fama de asesina, perra, dame bola o cuento la verdad. Viene. Se ve que sabe lo que le conviene. Collar de ahorque y nos vamos. ¿Ya dije que todo el barro del mundo está acá, no? Entonces pueden imaginar la siguiente escena: Lily que no le gusta que la lleve y que se quiere quedar a morfarse el conejo. Lily que pesa más de 30 kilos y de esos 30, 29 y 1/2 son de puro músculo. Lily que se resiste a ser llevada a su casa. Gabriela que forcejea con Lily. Lily que tiene más fuerza que Gabriela y Gabriela que no está del todo firmemente parada. Gabriela que se tropieza y Lily que la arrastra por el barro. Gabriela que se levanta y quiere asesinar a todos los perros del universo. Lily que se da cuenta que el horno no está para bollos y camina lo más puta y tranquila hacia su casa con la cola entre las patas.
Quiero un caniche, un yorkshire, un chihuahua. Cualquier perro al que pueda hacerle upa y trasladar sin mayores problemas.
Quiero eso o quiero a Cesar Millan.

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