Si hay alguien "fuera del closet" esa, seguro, soy yo. De mi tortez está enterada absolutamente toda mi familia, todos mis amigos, mis compañeros de trabajo, mi jefe y cualquiera que me haya escuchado hablar más de diez minutos. Y soy visible por convicción, porque creo, y siempre creí, que la única manera de lograr un determinado grado de madurez en la sociedad era a través de este camino. Al margen de los avances legales, un marco jurídico progresista no hace una realidad sociocultural progresista.
Alguno/a dirá que soy visible porque vivo en Buenos Aires y no en Purmamarca y la verdad es que no lo sé, soy visible por lo que expuse más arriba y porque mi manera de ser condice con "si no te gusta, cuánto lo siento" (manito en el pecho y carita de yo no fui) no sólo en este ámbito sino en bastantes más que nada tienen que ver con ser torta, y no sé qué hubiera pasado de haber nacido en un pueblo pequeño.
Algunos/as otros/as dirán que soy visible porque me fue fácil serlo..., no estoy tan segura de esto. No me resultó fácil decirle a mi papá que me había enamorado de una mujer, la verdad que no, pero es que estaba tan feliz que no podía no decírselo. No me resultó fácil ir demostrando por la vida que mi eficiencia laboral nada tenía que ver con mi homosexualidad (o con que escuche a Cristian Castro o me guste el brócoli, por dar ejemplos bobos), pero no me quedaba otra que ir haciendo escuela. No me resulta, al menos, cómodo, ir explicando a cada uno que me presupone heterosexual que no, que no lo soy; a cada taxista que me pregunta si tengo novio decirle "no, novia" (cuando la tenía, claro). Ok, es cierto que todo me chupa una fábrica de huevos y entonces poco problema me hago, pero bueno, eso tiene que ver con mi personalidad. También es cierto que nunca me sentí discriminada y por ahí se refieren a eso cuando dicen que me resultó 'fácil'. No lo sé.
Alguno/a dirá que soy visible porque no tengo hijos. Es verdad que no los tengo y no puedo ponerme en los zapatos de alguien que sí los tiene y que por esta razón decida no ser visible (o ser visible a medias o todas las posibilidades intermedias) porque carezco de la experiencia, sin embargo tampoco creo que sea por eso.
Soy visible porque elijo serlo todos los días y porque creo que la ausencia de visibilidad hace al colectivo más vulnerable: Lo que no se ve, no existe. Pero, y que quede claro, esto es lo que pienso yo. Punto. Final. No obligo a nadie a hacer mi camino, pero pretendo que tampoco hagan que retroceda en el mío. La visibilidad de cada uno es cuestión de cada uno y se hace [o no] en el tiempo de cada uno y, entonces, puedo ceder en algunos puntos sin por eso sentir que mis valores son atropellados. No cedo en la mentira, en las aclaraciones al dope que oscurecen [es decir, podés no presentarme como tu pareja al portero del edificio de al lado, pero en donde me presentes como una amiga se arma]. Resumiendo: cedo, con límites, pero cedo, aunque no cambie mi manera de pensar (alguien me dijo "cedés en los actos, pero no en las bases" y la respuesta es "no, claro que no!").
Desconozco lo que es vivir mi sexualidad como un trauma, como algo malo o como algo sucio. No tengo idea de qué hablan cuando hablan de estas cosas. Y no, no me lo puedo imaginar, carezco del don de ponerme en esos zapatos (y en muchos otros, a decir verdad).
Desconozco absolutamente la sensación de vergüenza por lo que soy. Me dan vergüenza otras cosas, qué sé yo...
Si hablo de esto es porque alguna vez me interpelaron por estar expuesta y por vivir de la manera en que vivo. Yo siento así y trato de ser coherente con lo que creo. Hace algunos años me incendiaba discutiendo la visibilidad de otros (tengo lectoras, por ahí, que han sufrido mi 'talibán de la visibilidad'), pero aprendí que los tiempos de los demás nada tienen que ver conmigo así como sus razones no son las mías.
Eso nomás. Me interesaría saber qué opinan ustedes. El espacio está abierto.
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