Crónicas Rosarinas III -urbanocentrismo-

A urbanocentrista no me gana nadie, sino miren:

Situación 1: Haciendo zapping.  Propaganda de no-me-acuerdo-qué diciendo "nuevo en la ciudad".

- Mirá -dice N- está en la ciudad...

- ¿En qué ciudad?

Un vaso de café de Starbucks

- En esta, en cuál va a ser?

- Ah... ¿También tienen un canal?

- ¬¬

Situación 2: Caminando por la peatonal.

- ... y ya venden Lucky Click and Roll, viste? -dice N-

- Sí, casi se parecen a una ciudad en serio, el día que tengan Starbucks hablamos...

- ¬¬

Situación 3: Arriba de un taxi.

- Mirá, está Lila Downs... -le digo yo.

- Sí, ya estuvo, ayer creo...

- ¿También toca acá? Mirá que abierta yendo a los pequeños pueblos...

[esto último no sé si lo dije o lo pensé]

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Crónicas Pre-Rosarinas II

Casi la una de la madrugada y con Fede seguimos hablando.

- Yo sé leer.

- ¿Sí? ¡Qué bueno! ¿Y lees mucho?

- No porque no tengo muchos libros, tengo los de mis hermanos...

- Ah... tenés muchos hermanos?

- Somos diez.  Cinco varones y cinco mujeres.

- ¿Y vos sos el más chico?

- No, mi hermana Brisa que tiene dos... ¿querés que te lea algo?

- Dale.

Tenía un paquete de Vizio y empezó a leer la letrita minúscula a la media luz del micro.  Leía lindo.

- No puedo leer así.  ¿No tenés un libro?

- Sí.

Mientras digo "sí" me vienen a la mente los títulos de los libros que cargo en la mochila: "Todo sexo es político", "La educación en la ciudad" y "La conjura de los necios"... pobre pibe.

Obviamente leímos el de Freire, el de Toole tenía letra muy "chiquita" según la opinión de Fede... y el otro, bueno, no era apto para niños.

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