Big Bang

Sentadas tomando mate tenemos esta conversación:

- Mirá si será grande dios (ella lo dice con mayúscula, pero yo me niego a ponérsela acá) que nos hizo así.

- ¿Así cómo? - pregunto. Con miedo pregunto porque sé que me pongo terriblemente intolerante a veces con estas cuestiones.

- Así. Mirá cómo nos reproducimos, gestando nueve meses, llevamos dentro a nuestro hijo por nueve meses, eso es maravilloso, Ga..., podría haber sido de otra manera.

- Y de hecho lo fue.

- ¿Cómo? ¿Con un huevo?

- Algo así...

- Ah..., vos creés en eso de...

- En Darwin, sí.

- Bue...

- No. "Bue" no. Es evolución.

- Yo no creo que la ciencia y la fe estén en conflicto, eh? Yo creo. Eso es la fe: creer.

- ¿Con los ojos cerrados?

- O con los ojos abiertos, Ga. Es como el amor, cuando estás enamorada ¿estás ciega o estás más lúcida que nunca? ¿qué te dice tu interior? Los otros te ven y te dicen "estás cegada", pero yo cada vez que me enamoré me sentía más despierta que nunca, más conectada conmigo misma. Así se vive la fe, desde el amor, si la encarás desde la lógica y..., no vas a llegar.

- Ok, pero no me vas a decir que Adán, Eva, la manzana y la serpiente te explican todo.

- Yo no creo que dios haya dejado por ahí un manual para que entendiéramos todo. Y si lo hubiera dejado yo no lo leería. Adán y Eva es una metáfora de todas maneras, yo creo desde el amor. Vos hablás de evolución, sí, bueno, dale: evolución. Igual. Cuando dios creó al mundo...

- En el Big Bang, decís...

- Ponele, como decís vos. ¿De dónde venimos?

- De seres menos evolucionados.

- ¿Y antes?

- De la sopa primigenia aquella.

- ¿Y por qué?

- Por una conjunción de causas azarosas. Mirá, podría llegar a creer, con mucho esfuerzo, en una especie de "guía" espiritual, si querés, pero de ninguna manera en un creador del mundo en siete días, no es lógico.

- No, desde la lógica no, desde el amor es. ¿Azar? ¿Sopa primigenia? Pero ¿para qué?, ¿por qué? Atrás de eso no hay nada.

- Y no. No hay un por qué. Es.

- Claro. Es.

Y yo no sé quién ganó esta discusión, sinceramente.

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Vegetarianismo talibán

- ¿Y te puedo ir a ayudar a tu negocio nuevo?

- Sí, claro, ¿vas a venir a vender? ¿pollos? ¿muertos?

Me mira con cara de "no te gusta".

- Sí - desafía - y le voy a decir: "¿Qué desea, señor, un pollo? ¿Está seguro? Mire que se lo damos muerto, eh? Un cadáver de pollo es. Y ni siquiera lo mataron hoy, debe estar muertito -pobre- de ayer o antes de ayer, con autopsia y todo. Y decapitado también... Las papas están re ricas, y no sufren, yo que usted lo pienso... ¿Quiere un pollo igual? (y ahí le muestro un pollito vivo) ¿Al papá de éste quiere? Bue... si está seguro..., queda en su conciencia, si usted puede dormir por las noches allá usted, yo no  podría... (y grito para el fondo) ¡El asesino éste quiere un pollo muerto! También matamos vacas, eh?, y perritos y gatitos y chicos si le interesa..."

- Jajajaja! No, mejor no vengas... Jajajaja!

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