Diálogo

>> 15 jul 2011

- ¿Y ahora qué? - dice mi otro yo desde el sillón del living de la casa de mi memoria.
La casa de mi memoria empezó a construirse hace muchos años. Es el lugar en el que me encierro si tengo miedo o estoy muy enojada o, simplemente, cuando tengo ganas. En esta casa puedo charlar con gente que ya no está: a mi padre lo encuentro siempre leyendo una revista Nippur en uno de los cuartos, sólo tengo que llamar a la puerta para verlo, mi hijo juega siempre en el jardín y se quedó anclado en los ocho, que es una edad maravillosa por otro lado. En esta casa, que se va pareciendo cada día más a la casa Wesley sobre todo en la locura con que se disponen algunos cuartos, puedo reencontrarme conmigo misma en cualquier momento del pasado y revisar los porqués de algunas cosas. Este es un lugar en donde no tengo miedo porque nadie además de mí y de quien yo elija puede entrar. Puedo caminar a oscuras, dejar las ventanas abiertas en medio de la noche y poner la música que me gusta a todo volumen. Cuando leo, cuando estoy muy concentrada leyendo, por ejemplo, es casi seguro que estoy hecha un revuelto tapada con mi mantita verde leyendo en ese living en el que estamos ahora mi yo de veinte años y mi yo actual.
- ¿Y ahora qué? - repite mi yo de veinte.
- No tengo idea, supongo que aprender - respondo sirviéndome un mate amargo que no le convido porque a mi yo de veinte sólo le gusta el mate dulce y con café.
- ¿Y esta era la manera de aprender?
- Evidentemente es la única con la que aprendo.
No me dice nada, pero me mira con esa cara que ponía yo a los veinte y que es de puro escepticismo. Me mira desde la soberbia de los veinte, desde el lugar de saberlo todo (o creer que lo sabe todo). Me tira una de esas miradas a la cara y se levanta.
- ¿A dónde vas?
- A hacer lo que vos no te animás.

4 comentarios:

Gabriela Aguirre 15 de julio de 2011, 15:03  

impecable teté.... impecable. De vez en cuando converso con mi yo de 20, y mejor ni te cuento!!! besis.

Gabriela Aguirre 15 de julio de 2011, 15:30  

Gabriela: ¡Gracias! Pero no vale porque no sos objetiva... Cuestión de cariño nomás.
La charla con nuestro yo de veinte suele ser jodida, no? porque en los veinte una es medio pelotuda y se cree todas las teorías que luego, ya pasando los 30, sabe perfectamente que cayeron irremediablemente.
Te dejo un beso grande!

Gabriela Aguirre 15 de julio de 2011, 15:43  

Y lo único que falta ahora es que comentes con mi usuario... puta madre...

Anónimo,  15 de julio de 2011, 15:46  

jajaja..... la culpa es tuya, que dejás tu correo abierto y yo no me entero, y decí que en el fondo soy buena y no le hice caso a Kari.... que dicho sea de paso hubiera sido divertido, boba!!!

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