De instintivo nada

>> 19 sept 2011

Alimentando un cachorro.

El señor Altayrac me preguntó si creía en el instinto materno. Me lo preguntó insistentemente. Y no da responder en un comment, así que respondo acá.
En principio voy a decir que no, que no creo en algo "instintivo", creo que es más bien una construcción social, que se identificó a la mujer en su función de madres a partir de discursos económicos, filosóficos y fundamentalmente ideológicos. 
Creo que si fuera instintivo no existiría el infanticidio. Creo que si fuera tan instintivo como se dice, no habría niños abandonados. No, no creo en el instinto materno. No creo que sea un hecho natural y por eso mismo inevitable e inmodificable. Creo que hay una transmisión no-genética de algunas características del comportamiento maternal porque algo que es "instintivo" no podría estar modificado por factores externos.
La frase misma (instinto maternal) es una concepción construida que se instaló como verdad universal, se sostiene sin mediar una reflexión, es así y punto. Y, ¿saben qué? No es así nada.
Es un mito de la modernidad. Nada más. Y nada menos.
Tampoco creo en la sobrevaloración de la maternidad biológica. Me parece que cuando prima la sobrevaloración de la maternidad biológica aparece muy marcado el deseo de gestar como si gestar fuera el camino a ser madre. Como si estar embarazadas, sentirse fusionadas con un bebé, ver cambiar el cuerpo y poder parir carne de su carne y sangre de su sangre sería la habilitación para poder luego ser madre: el deseo de hijo es deseo de hijo de sus entrañas.
Primer plano del cachorro tomando la mamadera en mis manos.
Ser madre es una función que se elige, no un determinismo biológico. Para mí los lazos afectivos no se deben al hecho de compartir lazos de consanguinidad sino por el modo de cumplir funciones.
Y eso.
Probablemente pudiera explayarme más, pero bueno, el señor Altayrac me preguntó por el instinto materno y ya respondí.


 Quiero saber qué opinan ustedes.

18 comentarios:

Anónimo,  19 de septiembre de 2011, 15:46  

Creo todo lo contrario. El instinto materno existe, y es inherente a los mamíferos sobretodo. La construcción social viene por el otro lado: el lado de "estoy depre post-parto, mato a mi bebé" etcetc... lo que sea. Pero la sabia naturaleza hace de todas las hembras (particularmente mamíferos), 'maternalmente instintivas' en algún momento de su ciclo de vida fértil.

Como siempre, el género Homo se sale del marco natural. Yo ya lo hago, negándome a ser madre biológica (no así madre).
En la naturaleza, no se elige. Nosotros, los humanos, si lo hacemos, pero porque dejamos de ser "naturales" hace miles de años. Pero eso no quita el instinto. De última, al mío, lo reprimo, jajaja...

Más charla biológica y con fundamentos, pepsi de por medio. Por acá me da paja.

Besos Bas!
Manatee (con instinto materno biológico reprimido)

Maggie 19 de septiembre de 2011, 20:12  

Has expresado en esta entrada dos ideas que me parecen mucho más interesantes que el instinto materno y que siempre intento manifestar (con poco éxito) cuando el tema sale a contexto. Se trata de la "sobrevaloración de la maternidad biológica" y de la poca influencia que tienen para mi los lazos de consanguinidad sobre los lazos afectivos.
Desde hace mucho tiempo pienso que la maternidad no es tan pura y sincera como la pintan (me refiero al tipo de amor). No considero que el amor de madre sea el único amor desinteresado e incondicional. De hecho, creo que la necesidad de procrear y dejar tu descendencia en el mundo es bastante egoista. Para mi no es muy diferente tener un hijo a tener un perro, ya que en ambos casos es la necesidad del otro lo que crea y fortalece el lazo. Si el niño (o el perro) no te necesitase, seguramente el amor no sería tan grande y maravilloso como dicen. Yo quiero ser madre y creo que esa es una de las pocas aspiraciones que he mantenido durante los últimos años. Sin embargo, poco me importa si se trata de un hijo biológico o no, pues mi interés es ser madre, no procrear. Pienso que para lo que quiero (que es dar amor y todo el cuento), no necesito un lazo de sangre. De este modo, me encantaría adoptar si tengo la posibilidad de hacerlo (y lo consideraría antes de considerar embarazarme).
Por otro lado, también pienso que no es suficiente tener lazos de sangre para querer a una persona. Hace unos años conocí a un hijo de mi padre y me incomodaba cada vez que, a pocos días de vernos por primera vez y saber de la existencia del otro, él decía "eres mi hermana y te quiero". Para mi es totalmente irrelevante, pues no es el ADN lo que me hace querer a una persona, sino las experiencias vividas con la misma.
Claro, cada vez que hablo de esto con gente contemporánea conmigo (tengo 25), se reafirma mi papel como la rarita del grupo. Es por eso que suele agradarme más la gente mayor que yo: su experiencia de vida puede ayudar a que su visión del mundo sea más amplia.
Me encantó leer esta entrada! XD
Besos!

motta,  20 de septiembre de 2011, 7:38  

lindas manos...

Pao 20 de septiembre de 2011, 8:54  

Hola,

Primero: hermosas fotos.

Segundo: Respondo bien temprano. Sin pensar mucho. Solo lo que sale de mí.

Creo que eso llamado "instinto maternal" por convenciones de la lengua, es un eufemismo, una forma de decir, una expresión que encubre otras cosas. Coincido en que no es instintivo porque si no todas las madres lo sentirían, y sabemos que hay madres y madres...no voy a entrar en detalle. You know!
El animal es instintivo. El ser humano es racional, y muchas veces se deja llevar por sus instintos, por su sentir, por sus ganas, por un impulso, pero no creo que el instinto lo domine completamente siempre. Hace porque elige. Actúa porque desea, se dispone a, se predispone, se lanza, pero creo que siempre hay una decisión. Hay que hacerse cargo. Punto.
Decido tener un hijo, biológico o no, y decido cuidarlo, darle todo, amarlo, verlo crecer, en fin...todo eso. O decido no tenerlo, o tenerlo y no darle nada, simplemente parirlo de mi cuerpo. Y no me mueve un pelo. ¿Cómo se explica entonces eso de "dar en adopción", "alquiler de vientres" y demás?
Son elecciones. Todo el tiempo en la vida son elecciones.
Sí es verdad que muchas veces nos ganan las emociones, nos surge un fuego de adentro que es fuerte y tira, tira mucho hacia algo, y es inexplicable, o incontrolable, o poderoso, pero está en nosotras hacer oídos a eso o no, dejarlo pasar. Y hay quienes pasan por la vida sin experimentar ese fuego y no hay por qué juzgar.
Respecto de la sobrevaloración de la maternidad biológica, coincido plenamente. Pero ampliar sería entrar en discusión. Simplemente sé que puedo ser madre mil veces de alguien que no nazca sangre de mi sangre, y ese lazo que se genería no sería diferente en mí al lazo genético. Incluso en este país de mierda, si pudiera adoptar ya lo hubiera hecho. Y no inseminarme. La función, la función...eso es!

Beso,

Pao

Gabriela Aguirre 20 de septiembre de 2011, 9:14  

Manatee: Jajaja! Bueno, dale, nos juntamos pepsi de por medio y discutimos largo y tendido, dale?
Besos!


Maggie: Claro, hay un deseo de maternar y no de gestar. Entiendo perfectamente, me pasa igual.
Besos.


motta: Ay, gracias...

Pao: Coincidimos perfectamente, Pao. En todo.
Hablando de adopción... estoy averiguando unas cositas y le cuento.
Besos.

Cookie / Cat 20 de septiembre de 2011, 10:34  

Yo no termino de decidirme.

No lo siento como algo instintivo en mí misma, pero no podría generalizar todo desde mi sola experiencia personal.

Si se juntan a tomar Pecsi y charlar el tema me prendo. Las charlas "abre-bocha" son siempre interesantes. :)

Gabriela Aguirre 20 de septiembre de 2011, 10:46  

Cat: Sí, Cat, venga, venga, tenemos ganas de conocerla!
(bueno, yo, habría que preguntarle a la otra)
Las charlas abre-bocha son siempre interesantes, pero Mana le va a empezar a hablar de plantitas que vivieron hace cinco millones de años y nos dormimos todos...
Paleobotánica... por dios... me rompió el corazón cuando me dijo que no estudiaba dinosaurios...
Le avisamos Cat.
Besos.

Cookie / Cat 20 de septiembre de 2011, 11:09  

Paleobotánica? Qué cosa loca! :D
Son esas carreras que uno ni siquiera puede imaginar, no? Super específicas. Yo alguna vez deliré con ser arqueóloga... pero había que estudiar mucho y, por lo que supe, se cobraba poco. jaja

Mi gran problema para las juntadas son los horarios, pero predisposión hay siempre. Avisá! nosonmismails@gmail.com

Anónimo,  20 de septiembre de 2011, 18:32  

Cat: dale que sí, por mí, más mejor!
Bas: 5 millones, mis plantitas? JA JA... agregale unos 245 millones mas y maso que estás correcta... Y sólo hablo si me preguntan, jajaja... si te aburriste, habrá sido porque preguntaste demasiado ;)

Besos!
Manatee

Gabriela Aguirre 21 de septiembre de 2011, 8:33  

Cat: Le avisamos y arreglamos, dele?
Paleobotánica, sí... ¿podés creer, Cat, podés creer?
Nos comunicamos, señorita, beso.


Manatee: Bueno, 5 millones, 250 millones... ¿cuál es la diferencia si igual no están más?
Siempre pregunto demás, Mana, deberías saberlo a esta altura. Así me va.
Ahora lo que me saca el sueño y que vas a responder en nuestra próxima pepsihour es: "¿qué cambian tus plantitas? ¿pa'qué sirven? ¿motivo de estudio? ¿curan el cáncer, hiv, el hambre? ¿algo?"
(chicaneo, Mana, sabés que te quiero)
Besos, piba!

Guillermo Altayrac 22 de septiembre de 2011, 7:21  

Bueno, bueno, bueno, aquí está el señor Altayrac.
Es temprano, y no me puedo explayar mucho porque me tengo que ir a trabajar, pero bueno. Con café, Gabriela, con café, como decís vos.
Creo que estoy de acuerdo con vos en un gran porcentaje. Creo que lo maternal, en nuestra especie, tiene mucho de cultural. Aunque creo que tal vez haya algo de lo otro. Y me permito preguntarme por qué habría de discriminar una cosa de la otra: si lo cultural es realmente diferente a lo natural, en el humano. No sé si voy a poder hacerme entender por este medio, sin que mires como muevo las manos. Y del otro modo, tampoco.
Hablando de manos, coincido con motta: ¡Gabriela tiene muy lindas manos!
"Para mí los lazos afectivos no se deben al hecho de compartir lazos de consanguinidad sino por el modo de cumplir funciones."
Coincido plenamente.
Y podría discutir con Pao sobre qué es decidir. Y sobre cuántas veces uno CREE que está decidiendo, cuando sólo está respetando un programa instalado en uno mismo, por el entorno social o familiar.
Hasta acá, y dije que no me podía explayar. Imaginate si hubiese podido. Jajaja... Bueno, un poco ya me conocés. Me has acusado de no tener capacidad de síntesis.
Beso.

Gabriela Aguirre 22 de septiembre de 2011, 8:46  

Guillermo Altayrac: No, no crea, esté seguro. Mire, la cosa fue así. En la Europa del 1700 las madres no criaban a sus hijos, la mortalidad infantil estaba en estrecha relación con la dificultad para encontrarles nodrizas o con la incompetencia de ellas. Según una minita que se llama Elizabeth Badinter en "Existe el amor maternal", de los 21 mil niños nacidos en 1780 en París, sólo mil permanecieron con sus madres, otros mil, de familias acaudaladas, fueron amamantados por nodrizas en la casa paterna y los 19 mil restantes fueron entregados, desde el momento mismo del nacimiento, a nodrizas a sueldo que los criaban en el campo. Un 90% de ellos no pasó el primer año. El mito del amor maternal es en este sentido, un intento de contención de ese infanticidio que estaba despoblando Europa. No es casual, de esa época datan los primeros censos. A partir de 1760 empiezan a aparecer en Francia publicaciones que aconsejan a las madres la atención personal de los bebés. Eso que hoy conocemos, padecemos y disfrutamos como algo "instintivo", "natural", "incondicional", no tiene nada de instintivo: es una construcción social que surge de esa época. Las dulzuras de la maternidad fueron objeto de una exaltación infinita, ser madre devino así en un deber impuesto, pero también en la actividad más envidable y gratificante que podía esperar una mujer. ¿Sentendió?
Todo eso que puse es casi calcado de un texto de Volnovich, búsquelo por ahí.
Le dejo un beso, café de por medio la seguimos.

Guillermo Altayrac 23 de septiembre de 2011, 1:02  

Me encanta toda la información que me acabás de dar. Pero sí, luego te la discuto parcialmente, café o cerveza de por medio.
Besabrazo.

Gabriela Aguirre 23 de septiembre de 2011, 8:31  

Guillermo Altayrac: La información es in-dis-cu-ti-ble.
Tamos?
Cerveza no, café, después del pedo macoco del sábado no quiero alcohol cerca por un rato.
Besos.

Guillermo Altayrac 7 de octubre de 2011, 7:30  

Ok. Café. Para mí, té.
Me gusta mucho discutir con vos. ¿Sabés?
Beso.

Gabriela Aguirre 7 de octubre de 2011, 8:46  

Guillermo Altayrac: Café.
Conmigo no discute, conmigo intercambia opiniones, que se sepa.
Beso.

Guillermo Altayrac 28 de octubre de 2011, 20:40  

¡Café! ¡Eso dije: para vos café! ¡Para mí un té! ¡¿O me querés imponer un café a mí también?!

Ahora vamos a discutir de nuevo, porque para mí, discutir es justamente eso: intercambiar opiniones. Lo otro es pelear.

Y la RAE opina algo parecido:

1. tr. Dicho de dos o más personas: examinar atenta y particularmente una materia.

Entonces, me gusta mucho intercambiar opiniones, examinar atenta y particularmente una materia con vos.

¿Estamos de acuerdo o vamos a seguir discutiendo?

Beso: m. Toque que se hace a algo o alguien con los labios juntos y separándolos haciendo una pequeña aspiración:
El niño me dio un beso.

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