Pedagógica

>> 13 sept 2011

Seis de la mañana y en el auto somos cinco: mi primo, su mujer, dos de sus tres hijas (Yamila de once y Priscila de tres) y yo. Su mujer tiene una panza como de catorce meses de embarazo y la estamos llevando al hospital a hacerse un estudio de no sé qué garlopa.
Llegamos. Ella se baja y pone a Priscila en brazos de su hermana que viaja conmigo en los asientos de atrás.
- ¡Mamáaaaaaaaaaa! -empieza a llorar y a gritar la nena.
Mi primo arranca en medio del griterío y desde el volante le habla:
- Bueno, bebé, ahora viene mamá, fue al hospital...
- ¡Maaaaaaamiiiiiiiiii!
- ... a revisar a tu hermanito, en un ratito nada más...
- ¡Maaaaaaaaammmmiiiiiii! ¡Mami, mami, mami, mami, mami, mamiiiiii!
- ... vuelve. Abrazala Yamila.
- ¿Y qué querés que haga? -responde Yami - ¿no ves que está loquita y patalea?
- ¡Buaaaaaaaaaaaaaaaa!!! ¡Mamáaaaaa! ¡Mamiiiii!
- Priscila, bebé -continúa él- ya viene mamá. Ahora nosotros nos vamos a tomar algo con la abuela, dale?
- ¡Mamiiiiiiiiiii! ¡Mamiiii, mamimamimamimamimamiiiiiii!
Priscila grita, patea, agita los bracitos y vuelve a gritar. No está llorando, es un berrinche, pero mi primo se desespera en el volante.
- Bebé, basta, ahora viene mamá, ¿vamos a comprar unas rumbas?
- ¡Maaaaaaaaaaaaaaaaaammmmiiiiiiiii!
Yo estoy de puro testigo de esta escena tomando un mate. Mi primo me mira por el espejo retrovisor como pidiendo auxilio.
- No está llorando -le digo- quedate tranquilo que no está llorando, es un berriche...
- ¡Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaammmmmmmmmmmmmmmiiiii! ¡Mamá, mamiiiii, mami, mammmmiiii!
- ... que se termina así: ¡HEY!
Me mira, la nena me mira.
- ¡BASTA DE GRITOS!
Agacha la cabeza y se abraza a Yamila.
- ¿Eso es pedagogía? -pregunta mi primo.
- Sí, la pedagogía de Gabriela. Funciona con Emma y Lily.
Seguimos en silencio todo el resto del viaje.

15 comentarios:

yiya 13 de septiembre de 2011, 10:55  

Jajaja falto que le digas "quieta ahi, sentada, sentada" esta bien yo aplico algun menotodo medio parecido con mi sobrino mas chico que es insufrible cuando hace berrinches!
Cuando estoy en situaciones donde hay niños que se vuelven insoportables pienso "Laura mama que haria en la misma siatuacion?, Mi autorespuesta es: un hjo mio jamas haria algo asi, mmm asi me va a ir tambien, jajaja
Beso

Gabriela Aguirre 13 de septiembre de 2011, 12:09  

yiya: Sep, mi hermana decía lo mismo y mi sobri cuando hace berrinches dan ganas de agarrarlo a pataditas (porque no da ensuciarse las manos, vio?).
Sí, faltó el "sentada", jajajajaja!
Besos.

p.s. Mis hijos, con lo permisiva que soy, probablemente me pisen la cabeza...

Maggie 13 de septiembre de 2011, 12:25  

Hahahahaha!! La encantadora de niños, pues xD
Aunque es triste admitirlo, es completamente cierto que educar a un niño es como educar a un perrito, realmente puedes aplicar los mismos principios con ambos. Supongo que por eso ya estás más que preparada! =P
Besos!

Gabriela Aguirre 13 de septiembre de 2011, 12:32  

Maggie: No sé cómo es, no tengo hijos aún..., pero con los perros me funciona ;).
Beso.

Hayward 13 de septiembre de 2011, 13:41  

Buenaaaa!!! A eso le llamo yo pleno control de la situación. Yo con mi mirada de: "un grito más y te ahorco" con mi sobri me funciona de mil maravillas. jajjajaja!

Gabriela Aguirre 13 de septiembre de 2011, 14:12  

hayward: Jajajajaja!
Harta estaba de los gritos, pero como no es mi hija y el padre estaba ahí para, se supone, hacerse cargo...
Tengo un master en ignorar este tipo de comportamientos.
Besos.

Anónimo,  14 de septiembre de 2011, 11:31  

Un regalo de esta uruguaya que, aunque no comente cada vez, siempre la lee. A veces, y sólo a veces, también llora. Siempre.

http://www.youtube.com/watch?v=dUH5RnBESgc

Gabriela Aguirre 14 de septiembre de 2011, 13:41  

Anónimo: Hola! Tanto tiempo...
Qué le anda pasando, a ver...
Cuéntele a la tía Gabriela.
(hermoso el regalo)

Erica 14 de septiembre de 2011, 19:07  

jajajajaja a esa "pedagogía" la llamo escuela austroprusiana que es la utilizada por mi madre y, obviamente, heredé.



Beso

Gabriela Aguirre 14 de septiembre de 2011, 19:18  

Erica: Y, peor, funciona rosarina!
La niñita se quedó mudita todo el resto del trayecto!
Beso

Guillermo Altayrac 15 de septiembre de 2011, 7:11  

¡Jajaja! ¡Me encantó!
Pero fuera de joda, estuviste re-bien. No hubo insultos ni nada que se le parezca. Y no fue un grito histérico y con amenazas, sólo firme y de mirada fija a los ojos. Sí, es como a los perros. Porque nosotros SOMOS como los perros. Somos animales. Y nos manejamos con lenguaje no verbal más de lo que creemos.
Distinto es lo que veo y escucho a veces en la calle. Madres y padres a los que las situaciones así los superan y estallan con cosas del tipo: "¡Priscila, si seguís así, te reviento! ¡¿Me oís?! ¡Te reviento!", con grito agudo, quebrado y estridente.
Aplausos para la encantadora de niños.

Gabriela Aguirre 15 de septiembre de 2011, 10:34  

Guillermo Altayrac: Jajajaajajaj!
Gracias,gracias

Guillermo Altayrac 7 de octubre de 2011, 7:26  

Entre esto y como te hiciste amiga del gato atado, ya podés hacer un programa para la tele, boluda.
La historia del gato me encantó. Me hizo acordar a algo de Faulkner. Un cuento en el que un tipo, medio mestizo de indio, tiene una relación estrecha con un perro medio salvaje, pero que duerme en la cama con él.
¿ Leíste a Faulkner?

Gabriela Aguirre 7 de octubre de 2011, 8:45  

Guillermo Altayrac: No leí a Faulker, al menos que recuerde...
Algún día voy a escribir acerca del gato atado que se llamaba Lucas.
Ah, sí, lo que no tengo con los humanos, lo tengo con los animales...
Besos.

Guillermo Altayrac 28 de octubre de 2011, 20:29  

¡Eeehhh! ¡Ya te ponés a hablar pavadas, boba!

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