Introspectiva de domingo a la tarde

>> 19 dic 2011

Ayer, despatarrada en el sillón y con el control remoto en la mano, estaba haciendo zapping cuando paso por un capítulo de Criminal Minds que no había visto, luego, a los tres minutos ponele, sigo haciendo zapping y me encuentro con un capítulo de La Ley y el Orden que sí había visto. No, no estoy loca, hasta ahí no hay nada de raro, eh?
El temita es que preferí ver el capítulo de L&O que ya había visto y que no era tan bueno en lugar del otro que pintaba mejor.
Me hizo ruidito, pero seguí porque estoy programada para eso y porque viene costando desaprender lo aprendido.
Las horas pasaron, me bañé, cené, le hice unos mimos a las perras y me fui a dormir previo paso por la biblioteca a ver qué me llevaba a la mesa de luz.
Tengo muchos libros sin abrir por esta compulsión de comprar más libros de los que puedo leer, sin embargo, elegí "Memorias de una superviviente" de Lessing que había leído el año pasado.
Y de repente me di cuenta de lo obvio para cualquiera: ¡prefiero lo conocido! Siempre. No importa si está bueno, como el libro de la Lessing, o si es medio una cagada como el capítulo de L&O, el punto acá es que me quedo ahí porque eso es "lo seguro" (a las que se están cagando de risa y diciendo "descubriste América, Gabriela" les pido que guarden silencio por favor).
Claro, no puedo hacer un paralelismo entre las personas porque un libro o una película no se comparan a la interacción con alguien, sin embargo también es cierto que busco lo seguro, las seguridades en el amor..., como si existiera algo seguro, como si hubiera garantías...
Ya hablé alguna vez de esto, de las garantías digo, sin embargo creo que este fue un proceso gradual, un "darse cuenta", y se agolparon en mi cabeza dos mil quinientas preguntas, cada una encadenada a la anterior, todas sin respuesta.
Entonces hoy llego a terapia con esas dos mil quinientas preguntas. Me recuesto en el diván y empiezo a hablar. Y ¿qué me dice? ¿qué me dice? "Bien, Gabriela, ahora centrémonos en esas preguntas".
Una sola cosa voy a decirte, Mariana: ¡Necesito que te pongas conductista!

6 comentarios:

torta que se desconoce 19 de diciembre de 2011, 23:45  

psicoanalisis, a veces cuesta!

jaja me causo risa, por lo de descubriste america.

Pero sí, son cosas que pasan,o que me han pasado.

Mas vale malo conocido, que bueno conocer...(? tenia que decirlo(?

Saludos a seguir adelante:D

W. Von Dunajev 20 de diciembre de 2011, 0:41  

Me quedé pensando en lo que dice...
Recordé que los chicos siempre piden que les cuenten EXACTAMENTE el mismo cuento, que el reconocimiento de ciertos tópicos que se repiten una y otra vez es una de las características principales de los géneros populares. Yo también busco garantías, lo desconocido me provoca bastante angustia, sin embargo, recuerdo que cuando la conocí a ella tuve la extraña sensación de que ya me conocía desde siempre o que incluso guardaba alguna clave o cifra sobre mí que yo ignoraba... Y ninguna cosa en ese momento me daba menos garantías que embarcarme en esa relación pero desde el principio sentí esa seguridad que sólo dan las repeticiones. Probablemente nada se repita y seamos nosotras quienes inventamos pequeños ritos para conjurar la discontinuidad, mientras tanto, elegimos creer que su boca siempre fue y siempre será nuestra.
Besos.

Gabriela Aguirre 20 de diciembre de 2011, 8:58  

torta que se desconoce:
Sí..., claro, lo que pasa es que no importa si es bueno o malo lo conocido, el punto, parece, es que sea conocido nomás...
Jajajaja!
Besos!


Wanda:
Ahh... me gusta lo que dice "la seguridad que sólo dan las repeticiones".
Tal cual, Wanda.
Sí, claro, la entiendo, me ha pasado eso de encontrarme con alguien nuevo y que pareciera que nos conociéramos de antes, pero siempre me pregunté si eso no era una trampita como para habilitar...
Nunca respondí, claro.
Besos!

la vecina 24 de diciembre de 2011, 0:14  

tuviste una estefanía! (como epifanía me suena medio religioso y serio les digo así a las claridades reveladoras). los momentos de ver nuestros m. o. en acción y entender un poco más de nuestros rayes no tienen precio, para lo demás está la locóloga. y los alfajores triples.

abrazo!

Gabriela Aguirre 26 de diciembre de 2011, 10:53  

cristinassss: Sobre todo los alfajores triples, no?
Pocas cosas no pueden ser curadas por un alfajor triple. O uno de mousse de Cachafaz...
Besos!

la vecina 26 de diciembre de 2011, 14:45  

y los de vauquita, mon dieu!
besos findeañeros!

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