Náuseas

>> 21 jun 2012

Clase de ciencias y me toca hacer de abogado del diablo. Soy vocera de los grandes y medianos productores en cuanto al cultivo de soja transgénica y la aplicación de glifosato. Me revuelve el estómago.
- ¿Cuáles son sus argumentos? - pregunta Nuria, la profe.
- Absolutamente económicos - respondo -. Argentina tiene el cuarto lugar en el mundo como productor de grano, el primer lugar como exportador de aceite de soja y el segundo en harina de soja. El 90% de la soja producida se exporta, es la oleaginosa más difundida del país y el principal producto de exportación. Ningún otro cultivo experimentó una expansión semejante y tuvo una trascendencia económica tan importante como la soja. El ingreso del complejo sojero por exportaciones es de 4500 millones de dólares, esa es la incidencia en el producto bruto agropecuario del país.
Los voceros de las comunidades atacan.
- Pero el uso de glifosato es tóxico para los humanos.
- ¿Según qué estudio?
- El de Carrasco, de la UBA.
- El estudio de Carrasco no es concluyente. Es sobre embriones anfibios y no concluye fehacientemente en la incidencia del glifosato en humanos.
- Pero las comunidades que vivimos alrededor de los cultivos de soja sabemos de qué hablamos, se triplicaron los casos de cáncer, de malformaciones al nacer.
- ¿Y tienen algún estudio que diga que eso sucede por el glifosato? ¿No puede ser que haya otra razón?
Para hacer de abogado del diablo tuve que informarme. Vi las fotos, vi las estadísticas. Me revuelve el estómago y tengo náuseas. Monsanto y la puta que te parió.
- La soja transgénica no es beneficiosa para las comunidades - continúan las comunidades.
- La soja transgénica es beneficiosa para el país. El gobierno avala mi postura. El glifosato es un herbicida y como tal, claro, tóxico, pero se degrada en contacto con el suelo, no es volátil. Vuelvo a decir: el gobierno avala mi postura, no hay un sólo artículo que prohiba el uso de este herbicida, no hay estudios concluyentes y, por supuesto, no hay ninguna alternativa a su uso manteniendo la misma rentabilidad, es un producto de bajo costo, me permite reducir la mano de obra, plantar en lugares que, normalmente, no son aptos para el cultivo de soja, en lo que a nosotros respecta, es casi milagroso.
Habla el representante del gobierno nacional y dice lo que todos sabemos, que la exportación de soja representa un gran porcentaje del producto bruto interno, que genera divisas, que va a implementar medidas de seguridad para ver en qué proporciones se utiliza el glifosato en los cultivos y un largo etc.
- Vamos a subsidiar a las comunidades lindantes para que se trasladen de lugar... - añade el gobierno nacional.
- ¿Con qué plata? - quiero saber.
- Con la del Ansés.
- Jajajajaja!
- Y vamos a mandar inspectores a los cultivos para verificar que las proporciones de glifosato que se utilizan sean las correctas.
- Vos me mandás inspectores y yo te hago dos mil piquetes y te paro el país. No tenés idea de con quién estás hablando, querida...
La vida misma. Salí con náuseas.

2 comentarios:

Erica 23 de junio de 2012, 10:55  

Vos mandame piquetes y paráme el apis y yo te mando a gendarmería y te prohíbo usar el líquido ese, che!

Beso, porteña

Gabriela Aguirre 23 de junio de 2012, 14:57  

Erica: Naahhh... Al gobierno le conviene que yo use el líquido ese, sino hubiera hecho algo al respecto. Se lava tantos las manos como yo, que soy productora.
Beso, rosarina.

p.s.
A propósito, hasta donde averigué, Santa Fe es una de las pocas provincias que se opone al glifosato. Aplausos.

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