Socavando felicidad

>> 3 ene 2012

Hay lecturas luego de las cuales una no es más feliz.
No sé bien por qué. Creo que porque nos ponen en conocimiento de una realidad no vista hasta el momento, o de un hecho en particular o andá a saber de qué..., el punto es que luego de leída la última página (igual, una medio va sospechando a lo largo de la lectura), cerramos el libro, nos quedamos con la mirada perdida y una, simplemente, no es más feliz.
En mi caso fue "El Capital" de Marx. Me fue sacando de a uno cada átomo de felicidad.
Ok, era una felicidad ignorante, pero las felicidades son así o me van a decir que nunca prefirieron no saber (cualquier cosa). Y ya no pude volver a esa ceguera idiota, esa concepción boba de la realidad. Fue como si alguien pusiera delante mío una caja y me dijera "si la abrís, vas a conocer todo lo que sucede en el infierno, pero ya no vas a volver a ser la misma". Bueno, tal cual, después de "El Capital" nada fue igual. Ahora que lo pienso, mi insulto preferido (me cago en Perón) debería ser reemplazado por el "me cago en Marx". Lo que pasa es que a nadie le gusta cagarse en Marx y, en cambio, Perón ofrece un sinfín de excusas para ello. Y miren que yo lo quiero al general eh?
Ahora estoy leyendo "El Peronismo" de Feinmann y si bien no me saca la felicidad, me la va socavando de a poquito.
Cuenten ustedes sus lecturas ladronas de felicidad que quiero saber.


24 comentarios:

Maggie 3 de enero de 2012, 14:10  

Ahora quiero leer "El Capital", solo para ver lo que pasa en el infierno y no ser la misma.

flor,  3 de enero de 2012, 14:12  

La lectura de "Nunca más", lo leí de adolescente y aparte de robarme la sonrisa me hizo llorar muchísimo.

Lucy,  3 de enero de 2012, 17:12  

leyendo los titulares de cada día me siento metida en una trampa infinita que a matado antes a los que han intentado destruirla. pero no existen casi razones para morir y hay que morir de todas maneras. mejor morirse destruyendo la trampa y bien consciente.

y que la inocencia no nos valga nunca más.

Gabriela Aguirre 3 de enero de 2012, 23:14  

Maggie: Lealo. Y sufra.

flor: Sí, a mi también...
Muy bien ahí respondiendo!


Lucy in the sky: Sí, es así nomás, hemos hablado de esto un poco y supongo que nos falta bastante para hablar (puff... como todo, no?).
Que la inocencia no nos valga, Lucy, vos mejor que nadie lo sabés. Desde acá toda mi admiración, lo sabés también.
Besos.
12:00

Anónimo,  4 de enero de 2012, 5:43  

Los libros no pueden robar ni socavar la felicidad, tan sólo pueden provocar placer o displacer. La felicidad...simplemente, no existe. Hay que inventarla, y para eso, los libros, no sirven.

Gabriela Aguirre 4 de enero de 2012, 13:13  

La Naïfa: ¿Usted cree, Naïfa, que la felicidad se inventa?
Nahh... yo creo que no.
No nos vamos a pelear por esto, no?
Besos!

Anónimo,  5 de enero de 2012, 0:46  

No, si vamo a peliar, que sea por una última porción de muzza, un asiento para ver a Adele, pongamoslé. En efecto, Gaby, desconfiemos de ese concepto, la felicidad: lo han inventado para cagarnos la vida, es un principio incuestionable, como dios. Dediquémonos a cosas, por lo menos, más interesantes que ser felices: fijarse, si no, cómo nos han convencido de que, para ser felices, debemos ser idiotas.

Gabriela Aguirre 5 de enero de 2012, 21:31  

La Naïfa: Jajajajaja!
Naïfa, cuando tiene razón, tiene razón. Le doy la derecha en esta.
Peliemos por una porción de pizza, dele...
Besos.

Guillermo Altayrac 9 de enero de 2012, 7:14  

Lo primero que se me viene a la cabeza, si pienso en lecturas de esas que nos dan una revelación oscura, es 1984. Lo leí jovencito. Y me impactó el "Háganselo a Julia".

Pero vengo a discutirte, porque yo prefiero saber. Siempre. Cueste lo que cueste. Duela lo que duela.
Prefiero comer el fruto de aquel árbol:

http://www.carneconalambre.blogspot.com/2011/12/palabra-de-dios-adan-y-eva.html

Y que después me echen del paraíso de los tontos.
Y quiero ser feliz, a pesar de eso. Quiero retornar a la inocencia habiendo dado una vuelta completa.

Abrazo grande.

Abrazo.

Gabriela Aguirre 9 de enero de 2012, 9:45  

Guillermo Altayrac: Ah, sí, 1984 también.
Sí, claro, finalmente yo prefiero saber, pero en un principio, cuando empiezo a descubrir que ese conocimiento me va a hacer mucho daño, en ese primer momento no quiero saber nada! Después, saco pecho y listo, a ver qué tienen para mí?
Igual, no creo que uno pueda volver a ser inocente después de dar una vuelta completa. Tiene que haber un punto de pérdida.
Además... los inocentes solos son felices?
Besos.

Guillermo Altayrac 12 de enero de 2012, 0:34  

No creo que el conocimiento haga daño.
Tal vez el conocimiento hace consciente un daño ya hecho. Y únicamente desde la consciencia puedo modificar la realidad programadamente. Así que el conocimiento sana, creo yo, o da cierta posibilidad de sanación o superación. Psicológica, social, la que sea.
Es verdad que ciertas revelaciones, si son repentinas, son difíciles de digerir. Y uno puede morir de empacho, claro. Pero prefiero eso a morir lentamente, envenenado, por ciertas ilusiones.

Yo creo que sí se puede ser inocente después de la vuelta completa. Recuperar lo profundo de la inocencia. Lo que tiene de sabiduría. De eterna pregunta. No lo que tiene de ingenuidad.

Aunque tal vez mañana me lea y te diga: mirá las pavadas que te escribí. Quién sabe...

¿Los inocentes solos son felices?
Respondeme qué es la felicidad y te contesto.

Besos.

Gabriela Aguirre 12 de enero de 2012, 1:23  

Guillermo Altayrac: Hacés preguntas muy profundas...
Hmmm... con café, Guillermo, con café.

Gabriela Aguirre 18 de enero de 2012, 17:23  

Nina: ¿Mujercitas?
¿Por qué?

Nina,  18 de enero de 2012, 17:29  

es clarisimo. Leo el titulo, pienso en mujercitas, soy feliz.

Gabriela Aguirre 18 de enero de 2012, 17:31  

Nina: Ah, pero yo hablaba de los libros que, justamente, le sacan felicidad.
De los que nos hacen felices hay un montón!

Nina,  18 de enero de 2012, 17:42  

No se porque me viene Noches Blancas a la cabeza. Mil años de ese libro y todavía no se porque lo primero que sentí mientras lo leía, fue morbo.

Gabriela Aguirre 18 de enero de 2012, 17:49  

Nina: Ah, no lo leí. O sí... ¿es el de los jóvenes encontrados congelados en el hielo?

Nina,  18 de enero de 2012, 17:56  

No y no tiene tu onda asi que ni te gastes.

Guillermo Altayrac 19 de enero de 2012, 0:54  

Diablos, Gabriela, no voy a poder tomar tantos cafés... ¡Tengo gastritis erosiva!

Gabriela Aguirre 19 de enero de 2012, 10:02  

Nina: ok.

Guillermo Altayrac: Ufa. Bueno, té, pero no es lo mismo, sabelo.

Guillermo Altayrac 29 de enero de 2012, 19:04  

Sí, es lo mismo cuando uno tiene enfrente a una persona tan agradable como nosotros.

Gabriela Aguirre 30 de enero de 2012, 11:04  

Guillermo Altayrac: Tengo una pila de gente que no opina como vos.
Son todas mujeres igual...
Jajajaja!
Besos.

Guillermo Altayrac 3 de febrero de 2012, 0:53  

Ok. Yo, enfrente tuyo, puedo tomar un vaso de agua que igual lo disfrutaré mucho.
He dicho.

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