Voy caminando por Triunvirato hacia Echeverría, justo en la esquina una mina repartiendo volantes, me estira la mano para darme un papelito y yo lo agarro por
ósmosis.
"Jesús te ama, no sufras más y vení a la iglesia guachufreí guaresnei para salvarte".
Todo con foto a todo color de un tipo barbudo, pelilargo y con ojos claros de cuya cabeza salen unos rayos de luz, con la manito levantada como si fuera un catcher con demasiado cannabis encima.
Ay, la putamadre.
Me doy media vuelta le estiro el papelito y le digo:
- Gracias, pero soy agnóstica.
- Un mal que aqueja al mundo.
Aqueja dijo, esta mina nació hace dos mil años ¡es contemporánea del barbudo de la foto!, igual no me agarra el papelito.
- Eh, sí, ponele, pero no me interesa, tomá.
Sigue sin agarrármelo y me mira con ojos de vaca degollada, creo que no tiene todos los patitos en fila, pasan segundos interminables y yo con el papelito extendido y ella mirándome... mierda..., hago el ademán de irme y dice:
- Jesús te ama.
Ni me molesté en darme vuelta para contestarle:
- No creo, está muerto.
Sep, soy una hereje. Mea culpa, sí. "Perdón, Pikachu todopoderoso, ya mismo voy a flagelarme en tu santo nombre".
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