Bruja
>> 10 mar 2011
Karina es bruja.
Ojo, no estoy diciendo que es una bruja en el sentido de insulto, estoy diciendo que es bruja en el sentido de "tiene poderes" (uuuuuhhh). Algo así como en Harry Potter, pero de las malas.
Para Germán: La silueta de una bruja volando en su escoba. |
¿Por qué digo esto? Porque de un tiempo a esta parte cada cosa que Karina dice se cumple al pie de la letra, por ejemplo, si Karina dice cuando suena el teléfono -y hablo en el sentido laboral, pero también se aplica a cosas personales-: "Seguro que es tal o cual persona para reclamar tal o cual cosa" seguro, lean bien: se-gu-ro, que es así. Hace un tiempo le prohibí que nombrara a una persona porque cada vez que lo hacía, de alguna u otra manera, esa persona aparecía. Así. De la nada. Meses sin dar la cara y de repente esta hija de puta dice el nombre y zaz!
Hoy, mientras yo terminaba de hacer unas estadísticas del orto, viendo la pila de papeles que todavía me falta procesar y sabiendo la cantidad de cosas que no cumplí al respecto del balance del ejercicio anterior, me dice:
- Che, sabés algo del contador?
- No, y más vale que no aparezca porque te mato, así que mejor callate.
- ¿Por qué?
- ¡Porque le debo un montón de cosas desde antes de irme de vacaciones y ahora no puedo prestarle la debida atención! Hoy tenía que hacerle una consulta y preferí no llamarlo para evitarme todas las preguntas que no puedo contestar, lo estoy dejando para la semana que viene...
- Ufa, bueno.
Dicho esto, seguí con el listado y puse el agua para tomar mate. El mate, como sabrán, es responsabilidad mía en la empresa (ah, sí, mi cargo es "cebadora de mate oficial").
Una hora pasó. Suena el timbre, Karina atiende, abre por el portero y me dice:
- Yo me voy. Corriendo.
- ¿Qué pasó?
- El contador está subiendo.
- La puta que te parió, Karina.
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