Mi amiga [bue... conocida, al menos] me pasa un mate y dice:
- Che, y a tu ex [inserte aquí el nombre que corresponda] no la viste más?
- Nahhhh...
- ¡Qué fea que era, por favor!
- ¡Cheee! Que no era fea... Una mujer muy talentosa, además.
- Y sí, lo único que le faltaba era que, además, no tuviera talento. Era fea, Gabi, vos debías estar muy enamorada para no verlo...
- No, la verdad que no, o al menos no todo el tiempo, el enamoramiento me duró... no sé... ¿dos meses?
- Jajajaja! ¿Y cuánto estuvieron?
- Demasiado. ¿Vos dormís enroscada en un palito, no?
- O en una canasta...
Pero me dejó pensando, más allá de lo risorio.
Yo contesto "demasiado"... Y me pregunto cuándo es demasiado. ¿En qué momento pasa a ser "demasiado" tiempo? Como si la relaciones tuvieran fecha de vencimiento como los yogures*, entonces: ponele que vence el 7 de julio, el 6 todavía está bárbara, pero ya el 7 está vencida ¿y el tiempo intermedio? ¡Tiene que haber un tiempo intermedio! Un tiempo en el que no está ni tan vencida ni tan bárbara, como la luz amarilla de los semáforos.
Ok, lo hay, pero es tan jodidamente impreciso, tan inseguro, tan de vaivén, que no es fácil de distinguir. Y de repente una cree estar en el más boludo de los limbos y un instante después manda todo a la mierda. Creo que esto tiene que ver con no hacerle caso a la luz amarilla parpadeante y hacernos las boludas como si hubiera onda verde y la ruta fuera sólo nuestra [y no, chiquita, no somos las únicas conductoras, la ruta está llena].
Alguien a quien quise decía lo de las tripas, el hacerle caso a las tripas, no al corazón -que es un bobo atómico-, ni a la cabeza -que es tan racional que a veces apesta-, sino a las tripas. Lo cierto es, sin embargo, que a veces aunque las tripas hablen una es tan necia que no las escucha y acá no hay luz amarilla que alcance.
Las mías ya no saben de qué manera comunicarse conmigo. Aprendieron el arte de mandar señales de humo incluso. Como no di acuse de recibo ahora hacen piquete: se detiene todo proceso digestivo y seguí si sos bruja.
* la del yogur no es una buena metáfora porque yo me he zampado yogures vencidos dos meses antes ¿será ésta también la razón por la cual no he sabido irme a tiempo nunca?
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