Domingo canino

Domingo en casa de mamá. Llevo las perras, tienen que ir adaptándose.

Para los que no me leen desde antes, hago una breve descripción de ellas:

Lily, mi dogo argentino durmiendo.

Lily es mi dogo argentino de dos años. Un bombón de animal. Le decís "no" y es no, "vení" y viene, "sentate" y se sienta, no molesta en la hora de la comida, pide para salir, se come las hormigas, le tiene miedo a las arañas (salió a mi), no tiene problemas con otros animales a no ser que ese otro animal tenga problemas con ella (y entonces, pobrecito) y es super cariñosa sin ser pesada.
Ema es mi labradora chocolate de cinco meses. Una cachorra hinchapelotas. Tiene un resorte en el culo, corre, corre, corre, salta, salta, salta... y así todo el día. Responde al "no" (hey! logré eso) perfectamente, al "vení" también, aunque viene con tanto ímpetu que probablemente una quede estampada en el suelo, y al "sentate" cuando quiere comer. Para ella todo es un juego, todo bicho es un juguete, toda cosa en el suelo puede ser mordisqueada. Le mueve la cola hasta a los potus.
Mamá es de las personas más bicheras que conozco (de algún lado salgo), tiene algo así como seis perros, dos gatos y más de diez gallinas con sus correspondientes pollitos (y un parque enorme donde tener todo esto, claro).
La situación fue la siguiente:

Emma, mi labradora chocolate.

Lily llegó e hizo saber quién manda a la jefa de la manada de mamá, que es su perra más vieja. Tuvimos que encerrar a la otra porque iba a ser una masacre. Y eso fue todo con Lily.
Ema persiguió a los pollos y fue castigada. Persiguió a los gatos y fue castigada. Tiró a mi sobrino y fue castigada. Se abalanzo sobre la mesa y fue castigada. Le robó un sandwich a mi madre de la mano y fue castigada. Eso repetido incansablemente durante al menos... tres horas.
[gente, media pila, cuando digo "castigada" me refiero a que se la ató lejos por cinco minutos y luego se la soltó, nadie le pega a nadie ok?]
Luego quiso meterse a la pileta, arrastró el cubre piletas por todo el patio, le robó la pelota a mi sobrino y ¡eureka! se la trajo para que se la tire. Mi sobri le tira la pelota, Ema se la trae, se la tira, se la trae, se la tira, se la trae. Así durante al menos... otras cuatro horas.
Ahora, cosa curiosa, la tengo medio muerta de cansancio debajo de la mesa del patio que es desde donde estoy escribiendo.
Fue una linda tarde, agotadora, pero linda. No pude leer, como era mi intención, debajo de los árboles, pero fue linda igual.
Y lo disfruté. Realmente lo disfruté. Ahora estoy sola en el patio de mi casa y lo estoy disfrutando también, tengo mi cerveza de todas las tardes -la birli hour-, mi cigarrillito de compañía, Lily y Ema están dormidísimas. Creo que lo peor ya pasó, creo que se vienen cosas buenas.
El 2010 me descubre comenzando a disfrutar de mi soledad.

O se vienen cosas buenas o yo tengo un optimismo pelotudo, cualquiera de las dos opciones es válida.

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