Socavando felicidad
Hay lecturas luego de las cuales una no es más feliz.
No sé bien por qué. Creo que porque nos ponen en conocimiento de una realidad no vista hasta el momento, o de un hecho en particular o andá a saber de qué..., el punto es que luego de leída la última página (igual, una medio va sospechando a lo largo de la lectura), cerramos el libro, nos quedamos con la mirada perdida y una, simplemente, no es más feliz.
En mi caso fue "El Capital" de Marx. Me fue sacando de a uno cada átomo de felicidad.
Ok, era una felicidad ignorante, pero las felicidades son así o me van a decir que nunca prefirieron no saber (cualquier cosa). Y ya no pude volver a esa ceguera idiota, esa concepción boba de la realidad. Fue como si alguien pusiera delante mío una caja y me dijera "si la abrís, vas a conocer todo lo que sucede en el infierno, pero ya no vas a volver a ser la misma". Bueno, tal cual, después de "El Capital" nada fue igual. Ahora que lo pienso, mi insulto preferido (me cago en Perón) debería ser reemplazado por el "me cago en Marx". Lo que pasa es que a nadie le gusta cagarse en Marx y, en cambio, Perón ofrece un sinfín de excusas para ello. Y miren que yo lo quiero al general eh?
Ahora estoy leyendo "El Peronismo" de Feinmann y si bien no me saca la felicidad, me la va socavando de a poquito.
Cuenten ustedes sus lecturas ladronas de felicidad que quiero saber.
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Introspectiva
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