Test de Baricco
>> 27 dic 2010
Le regalé hace mil Océano Mar de Baricco porque no podía ser que no lo hubiera leído.
Dice que lo intenta leer un montón de veces, pero que no entiene nada. Esperá, le digo, ya vas a entender.
Dice que no le gusta y yo la quiero matar. ¿Cómo que no te gusta? ¡Si te gustó Seda! Ah, pero éste no le gusta porque no entiende nada. Dice que no habla de nada, que son palabras sueltas todas juntitas. La quiero prender fuego, pero no lo hago porque sé que si deja de pelear con el libro le va a gustar.
Post-Navidad la encuentro tomando sol con el libro en la mano.
- ¿De qué trata? -me pregunta.
- ¿Cómo de qué trata?
- Sí... de qué habla el libro...
- Y..., es difícil de explicar porque son muchas historias que se cruzan, personajes que se mezclan, pero ponele que a todas las reune una mística, una pasión por el mar.
[aunque, claro, decirle esto es hacer mierda un libro maravilloso, es mucho, muchísimo más que eso]
- Ah... es lo que pensé.
Vuelve a la lectura. Al rato:
- No entiendo nada.
Y lo cierra.
Sé que lo más prudente es no insistir porque en esto es como yo, mientras más se le insiste, menos ganas tiene.
Volvíamos en el micro, cuatro horas de viaje por delante, yo con Feinmann y su Peronismo en la mano y ella con Baricco, cuando me dice:
- Ay, lo amo.
Le sonrío, le digo que claro, que obvio, que sabía que le iba a gustar.
- Yo soy como el padre -me dice- el que piensa en dos frases y dice siempre la más inconveniente.
- Jajajaja! Sí, es verdad.
- Al principio no entendí nada y dije "oh, no, otro Rayuela"...
[no le gusta Rayuela, nadie es perfecto]
- ... pero ahora me encanta.
Y le viene gustando nomás. Menos mal..., ya me veía yo teniendo que matarla.
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