De trenes descarrilados y otros bichos raros...
>> 13 dic 2010
Accidente en el subte. Venimos caminando unos amigos y yo por las vías llegando a la estación, no estamos asustados sino bastante divertidos de hecho, cuando vamos a trepar hasta el andén, del otro lado del túnel, vemos venir un tren en diagonal llevándose todo por delante, columnas, parte del andén, del techo. Mis amigos se quedan mirando y yo sólo atino a decir "trepen esto y corran" y salgo corriendo hacia una escalera que sube. Y hago dos, tres, cuatro tramos de escalera, y siento ruidos abajo y luego ya no siento nada. Y no hay luz, es una especie de cine y sé, efectivamente sé, que no estoy sola en ese lugar y que ese alguien que está conmigo no es precisamente una buena persona. Pero no hay salida, abajo está bloqueado por el accidente, arriba está eso que me asusta.
Me despierto.
Estamos, ella y yo, cruzando una ruta en medio de la noche para ir a recibir a alguien. Es de noche y por alguna razón yo estoy en pijama y llevo una mochila y un peluche en una mano (ja! situación infantil si las hay, dios soy de libro). Cruzamos la ruta desierta y oscura y por una calle viene a caballo esa persona que estamos esperando -en realidad ella la está esperando, yo sólo la acompaño y no de buena gana-. Se baja del equino y se abrazan, yo estoy detrás viendo esta escena, pero además viendo que detrás de ellas descarriló un tren y viene arrasando con todas las casas, es de noche, la gente está durmiendo y no fueron avisados. Se ve como el tren viene derrapando a punto de detenerse pero todavía con velocidad llevándose todo a su paso, casas, autos, jardines y, claro, la gente que está dentro; se detiene justo para tocar la espalda de la recién llegada, ella ni se entera. Hay silencio ahora, demasiado silencio, pero yo sé que eso va a durar poco, que en un segundo o dos van a empezar los gritos, los heridos, los muertos, veo la destrucción frente a mi y sé que es inminente lo que viene, entonces le digo a ella "no quiero ver esto" y ella me dice que me vuelva cosa que hago inmediatamente, vuelvo a cruzar la ruta desierta, corro por una calle también desierta y oscura, mi casa había quedado con la puerta abierta, paso por el jardín corriendo, entro y cierro. Afuera empiezan a sentirse algunos ruidos y a verse algunas luces, me meto en la cama como si eso fuera a evitarme escuchar o saber lo que ocurre afuera y entonces entiendo que alguien entró antes que yo y estaba escondido detrás de la puerta. No es alguien que viene a hacer daño, sino alguien que está desorientado por el accidente, pero igual tengo miedo, en la oscuridad se ve que es alguien mayor, que tiene un bastón, que le cuesta incorporarse.
Me despierto por segunda vez.
El tercer sueño fue peor que esos dos, pero versa sobre lo mismo. Sí, ya lo había dicho, soy de libro.
¡Mariana volvé pronto!
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