Valentía 0
>> 13 ene 2013
- Te cambio éstos dos cigarrillos por esos dos cigarrillos -me dice mi hermana.
- Bueno, dale, si me sacás el sapo que acaba de entrar al baño.
- Se come los mosquitos.
- Tengo Raid. Sacame el sapo.
- Yo no los saco, los saca Rodrigo.
- ¿Y dónde está ese nenito cuándo una lo necesita?
- En la casa del padre.
- Sacame el sapo vos o traeme al nenito salvador de tías de sapos malos y feos.
- No, debe estar durmiendo.
- Ufa.
- ¡Usa una escoba!
- ¡El palo es demasiado corto y los saltos del sapo son demasiado aleatorios como para sentirme segura!
- Exagerada. ¿Me cambiás o no los cigarrillos?
- Sí, acá tenés, mala hermana.
- Gracias, cagona.
Y allá fui, escoba en mano, preguntándome por qué existen los sapos en la evolución y queriéndome hacer la valiente frente a mí misma.
Obviamente terminé a los gritos y subida al inodoro mientras desde arriba espantaba al bicho inmundo ese, escuchando las carcajadas de mi hermana en su casa.
Un horror.
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