No me considero una mujer militante, comprometida con algunas causas sociales o políticas. Soy más bien tibia. No es algo de lo que me enorgullezca, pero es la verdad. Mi participación no va más allá de asistir a alguna marcha y de votar, claro. Quizás entro más por el lado de la educación, por explicarle algunas cosas a mi hermanito (que no sabía por qué no tenía clases el 24 de marzo, por ejemplo), por alguna charla de café con amigos (si eso puede llamarse 'participar').
Si tuviera que definir mi ideología política sería... mmmm... supongo que sería la "no-derecha".
Sin embargo, tibia y todo no puedo dejar de ver que algunas cosas se han hecho bien en este gobierno (y otras para el orto, sí). Así que voy dejando algunos puntos claros para evitar conflictos futuros.
Entre Clarín y el gobierno, elijo gobierno.
Entre el campo y el gobierno, elijo gobierno.
Entre Duhalde y Kirchner, ni lo pienso, elijo K.
A favor de la ley de medios, a favor del juicio y castigo a genocidas, en contra de la mano dura, a favor siempre de los derechos humanos.
No me considero oficialista, no avalo todo lo que venga de CFK, pero respeto y agradezco su política de derechos humanos.
Creo que el hecho de que, al menos, se hable de matrimonio gay es un paso enorme como sociedad. Creo que es hora de dejar un poco la tibieza. Lo digo para afuera y me lo digo también.
Así que, Cristina, yo te banco (te quiero matar a veces, me agarro la cabeza otras, pero en general te banco).
Todo esto es pura catarsis, claro, por cosas que vengo leyendo por ahí y por conversaciones con N. Esta fue mi salida del closet K.
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