Final
>> 24 nov 2010
Un perro acostado, triste, con la pelota al lado. |
Por un tiempo pensé que iba a lograrlo, que el tiempo pasado, las cosas vividas habían servido para crecer, que aunque no fuera compartido aquel proyecto primero igual se podía construir -o, incluso, desechar-. Sin embargo, por más que quisiera cerrar los ojos, había un algo que hacía ruido, un ruido sordo, escondido, que no llegaba a ser molestia, pero que estaba ahí agazapado, esperando. Y ese ruido comenzó a crecer, a definirse.
Si pudiera traducir ese ruido sería "no valía la pena", pero no es cierto, ahí sólo habla el enojo y yo soy mucho más que la suma de mis derrotas o frustraciones.
La valió. Valió cada minuto aunque éste sea el final.