Poder de convencimiento
>> 8 sept 2015
Mientras tomábamos la leche (ellas, yo mates).
- Cuchame, Tata, hacemos así: las regalamos, dale?
- ¿A quién?
- ¡A tus hermanas!
- No.
- ¡Dale! Pensá: todos los juguetes para vos solita, nadie que te moleste, nadie que te saque la lapicera cuando estás escribiendo...
- No. Son mis hermanas...
- Sí, pero son unas rompebolas.
En eso llega Juli llorando por algo y a los gritos. Tata me mira, yo la miro y continúo:
- ¿Ves? Es una hinchabolas.
- Pero es bebé...
- Un bebé hinchabolas. ¿La regalamos? Se la damos a otra gente y listo, la van a querer.
- No. Son mis hermanas.
- ¿No puedo convencerte entonces?
- No.
- Bueno, intento por otro lado, conste que te pregunté a vos primero. ¡Meme!
- ¿Qué? -y viene.
- ¿Regalamos a tus hermanas?
Lo piensa. Mira a Tata, a Juli, a la madre y a mí.
- Bueno.