Es lo que hay...

- ¿Cómo sabe una que es lesbiana?

Así comenzó la conversación con mi madre y menos mal que estaba sentada. Igual no quería estar sentada, quería estar a doscientos kilómetros de ahí.

- Eh... No sé, madre, supongo que una nace así.

- ¡Vos no naciste así!

- ¿Y vos qué sabés?

- Porque salías con hombres.

- Sí, con todos, pero miraba mujeres, lo que pasa es que no me interrogaba al respecto. Salía con hombres porque era lo que "se supone que tenía que hacer". No me planteaba otra realidad que esa.

- ¿Y qué pasó?

- Y..., un día..., me interrogué.

- Yo también miro mujeres.

Y acá ya no me alcanzan los doscientos kilómetros, acá quiero estar en el exacto punto opuesto del globo..., ¿qué sería? ¿Australia? Ahí. Con los canguros tomando mate.

- Madre..., creo que no quiero saber eso.

- Bueno, pero yo te cuento.

- Bueno, pero yo no quiero escuchar. Y no porque mirás mujeres eh? no quiero escuchar que mirás mujeres ni hombres ni mamífero alguno con fines sexuales, no me interesa, es tu vida, tu intimidad, resolvelo como quieras.

- Bueno, yo las miro.

- Ay..., ok, madre, ¿y yo qué querés que haga?

- Nada, te cuento.

- Bueno, qué lindo, gracias por compatirlo, ahora tomemos un mate en paz.

- Pero..., ¿cómo se hace? ¿cómo hiciste vos?

- ¿Para qué? Pará. Olvidate. No pregunté nada. Madre, sabelo, no me siento cómoda con esta conversación...

- Yo una vez fantaseé con...

- ¡Basta! ¡No me importa!

Y agarré mi mate y me fui. Igual me persiguió, seguidora como perro de sulky es.

Acabo de salir de terapia y casi toda mi sesión se trató de este temita.

Horrible. Que se sepa.

Read more...