Normas básicas
>> 30 abr 2012
- Creo que ha llegado el momento de advertirte sobre algunas cosas que en mi casa no se pueden hacer - le digo poniéndome seria de repente.
- Ah, ¿sí?
- Sí.
- ¿Cómo cuáles?
- En general tienen que ver con cuestiones organizativas, por ejemplo los cds, tienen un orden que no es azaroso, aunque te parezca increíble, hay una pila con los de música clásica, que incluye a la ópera, otra con los de música en inglés y otras con los de música en castellano, francés, italiano y portugués. Podés desordenarlos, pero dentro de su pilita y no se puede, bajo ningún concepto, sacar un cd de una cajita y ponerlo en otra. Eso no.
- Sonamos, entonces...
- Eso. Lo mismo va para los libros, podés sacar el que quieras, pero se vuelve a poner en su exacto lugar, si no sabés cuál es, se admite que los dejes en una pilita para que yo los acomode luego.
- Eso no me preocupa..., ¿algo más?
- Sí. La cartuchera de la facultad: yo sé exactamente qué contiene y sé que soy obsesiva, pero hay, por ejemplo, dos lápices mecánicos, uno 0.7 y uno 0.5, ambos con sus correspondientes repuestos de minas 2B, si sacás algo de ahí, lo volvés a poner ahí, no vale que lo pongas en el menjunje de lápices que tengo en la caja arriba del escritorio, si salió de la cartuchera, vuelve ahí. De hecho, soy extremadamente dependiente de uno de esos lápices mecánicos porque tiene un sistema que ya no se fabrica...
- Ay, no me digas cuál...
- No, no te lo voy a decir, sólo digo que me puedo poner terriblemente intolerante si me falta ese, ok?
- Ok, voy a tratar, pero sabé que yo puedo sacarte algo un día y después decirte "ay, es que necesitaba uno para..."
- No, no sirve sólo "tratar".
- Ok, ¡ok! ¿Algo más?
- Sí, una cosa más. En mi cama - digo sacándole la caja de cereales - no-se-come.
- ¿Por qué?
- Porque se llena de migas y es una porquería.
- ¡Pero es re lindo comer en la cama!
- En la tuya podés comer todo lo que quieras.
- Pero...
- Sin peros. El desayuno, bueno, dale, como lo traigo yo, controlo que lo que traigo no haga migas, pero eso que te estás metiendo en la boca..., no.
- ¿Esto? - y señala un puñado de cereales.
- Eso, sí.
- ¿Hace migas?
- Sí.
- ¿Y te molesta?
- Mucho.
- Bueno.
Y acto seguido puso todo ese puño de cereales migosos dentro de mi remera y los aplastó.
Read more...