No es que muera... (*)
>> 8 mar 2010
- ¿Y dónde está aquello del "sin vos no vivo"?
- ¿Tiene que ser siempre así?
- No, no digo eso, simplemente marco el hecho de que voy a trabajar, disfruto de mi soledad, visito a mis amigos, armo mi casa..., todo eso sin ella..., y, ¡claro que la quiero ver!, pero que no pueda hacerlo no me angustia. Eso digo. No me pasó así antes... ¿será la edad?
- Bueno, no está mal. Vos misma lo dijiste, antes "no respirabas" sin el otro, no "eras" sin el otro y yo me pregunto si eso era amor...
- Esa es una pregunta muy difícil, Mariana, la respuesta es: ¿y yo qué sé? Tampoco es que la pasé mal, digo..., en esa etapa de locura, de arrebato..., sé que dura poco y que luego, en el mejor de los casos, da paso a otra cosa mucho más linda.
- Bueno, pero ahora no se te juega esto de ser el salvador del otro o de la otra, o que el otro sea tu salvador, porque entonces, claro, si el otro no está vos no podés vivir porque es tu sostén, si no está no respirás, no sos... Esta relación, al margen de en dónde termine, está marcada por otro tiempo tuyo, estás en otro lugar, no quisiera tener que decir la palabra "madurez", pero quizás le cuadra un poco más. Ambas tienen su vida, sus hobbies, sus amigos, su casa, su trabajo..., se están conociendo, no está mal que se empiece así, disfrutando del conocerse.
- No, no está mal.
- ¿Y entonces?
- Y entonces nada, sólo marcaba un hecho que me pareció curioso, habida cuenta de que no es lo que normalmente me sucede.
- Ah, pensé que me estabas diciendo que querías repetir patrones...
- Bueno..., los patrones son lugares conocidos.
- Sí, claro, y de los que te has quejado.
- Totalmente.
- Venís a decirme que la pasaste muy bien allá, que te sentiste cómoda (y hace rato que no me decís esto), que hablan mucho, que la extrañás y que te gustaría que vivieran más cerca, pero que este hecho no hace que no puedas disfrutar igual de tus cosas, de tus espacios, de tus amigos..., que no estás angustiada..., y yo te digo: ¡qué suerte! ¡qué lindo! ¡era hora!
- Jajajajaja!
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- ¿Tiene que ser siempre así?
- No, no digo eso, simplemente marco el hecho de que voy a trabajar, disfruto de mi soledad, visito a mis amigos, armo mi casa..., todo eso sin ella..., y, ¡claro que la quiero ver!, pero que no pueda hacerlo no me angustia. Eso digo. No me pasó así antes... ¿será la edad?
- Bueno, no está mal. Vos misma lo dijiste, antes "no respirabas" sin el otro, no "eras" sin el otro y yo me pregunto si eso era amor...
- Esa es una pregunta muy difícil, Mariana, la respuesta es: ¿y yo qué sé? Tampoco es que la pasé mal, digo..., en esa etapa de locura, de arrebato..., sé que dura poco y que luego, en el mejor de los casos, da paso a otra cosa mucho más linda.
- Bueno, pero ahora no se te juega esto de ser el salvador del otro o de la otra, o que el otro sea tu salvador, porque entonces, claro, si el otro no está vos no podés vivir porque es tu sostén, si no está no respirás, no sos... Esta relación, al margen de en dónde termine, está marcada por otro tiempo tuyo, estás en otro lugar, no quisiera tener que decir la palabra "madurez", pero quizás le cuadra un poco más. Ambas tienen su vida, sus hobbies, sus amigos, su casa, su trabajo..., se están conociendo, no está mal que se empiece así, disfrutando del conocerse.
- No, no está mal.
- ¿Y entonces?
- Y entonces nada, sólo marcaba un hecho que me pareció curioso, habida cuenta de que no es lo que normalmente me sucede.
- Ah, pensé que me estabas diciendo que querías repetir patrones...
- Bueno..., los patrones son lugares conocidos.
- Sí, claro, y de los que te has quejado.
- Totalmente.
- Venís a decirme que la pasaste muy bien allá, que te sentiste cómoda (y hace rato que no me decís esto), que hablan mucho, que la extrañás y que te gustaría que vivieran más cerca, pero que este hecho no hace que no puedas disfrutar igual de tus cosas, de tus espacios, de tus amigos..., que no estás angustiada..., y yo te digo: ¡qué suerte! ¡qué lindo! ¡era hora!
- Jajajajaja!
(*)¿Conocen a Sabines?
El poema completo está acá.
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