Generala
>> 6 abr 2010
Nunca fui una mina de sentarme a esperar a que las cosas sucedan. Actúo, esa es mi manera de esperar, no me gana la angustia casi nunca (y menos mal, porque cuando me gana es feo feo). Mi frase de cabecera es "las cosas no suceden, yo sucedo"..., probablemente por una gran cuota de egocentrismo de mi parte. Aquello de creer que puedo con todo, que lo puedo todo, que lo sé todo.
Aposté, siempre aposté. A veces gané porque la vida es así. Y a veces perdí porque ¡hola! ni lo sé todo, ni puedo con todo ni tengo la varita de Potter a mi disposición ni todo ese verso que me creo tan a menudo.
Ayer alguien que conozco y que me asomo a querer llamar amiga -aunque haya que construir todavía- me dijo las palabras más sabias de la última época y no pude negar su realidad (porque seré egocentrista, pero no soy necia).
Así que, aquí me tienen, las cosas se darán en el momento que tenga que ser, sucederán a su debido tiempo y no en uno acelerado por mí.
Tachenme la doble, por favor.
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