La Sirenita
>> 29 mar 2012
Para el amigo Guillermo Altayrac que lo viene pidiendo hace rato.
Primero un resumen: Resulta que en el fondo del océano vivía el rey del mar con sus cinco hijas, la más pequeña de las cuales era la dichosa sirenita, que, parece, además tenía una bella voz y estaba más buena que Angelina. La piba quería ir a ver el mundo de la superficie, pero no podía hacerlo hasta los quince años. Cuando los cumplió fue, pasó todo un día mirando y cuando se estaba volviendo vio un barco de gran fiesta gran, el tiempo se puso feíto, el mar se encrespó y el capitán del barco cayó al agua. La piba lo salva, lo deja en la playa y, obvio, se enamora. Vuelve a las profundidades, pero, enamorada como está, hace un pacto con una bruja: entrega su voz a cambio de dos piernas y, además, la bruja le dice que las piernas le van a doler a cada paso y que si el tipo del cual ella está enamorada no se casa con ella, va a desaparecer como espuma de mar. Así va a la playa, se convierte en bípeda y muda, la encuentra el capitán-príncipe, la cuida y toda la bola, pero el tipo ya estaba enamorado de otra y finalmente se casa con esa otra. La sirenita tiene la posibilidad de matarlo y recuperar su cuerpo de sirena, pero decide sacrificarse y convertirse en espuma y en eso está cuando vienen unas hadas del viento y le dicen que por su sacrificio puede ir al cielo con ellas.
Una mierda de cuento.
Pongámosle que creemos la cosa esa del Rey del Mar (¿una referencia a Poseidón?) y sus cinco hijas sirenas. Es un cuento de hadas y nos creemos cualquier cosa. La más chica era la más linda y la que mejor voz tenía. Dale, ok. No dicen que, además, era la más boluda de las cinco, pero eso lo inferimos solitos.
La pescada quería ver el mundo de la superficie. ¿Para qué? Contame para qué por el amor de Bjork porque no entiendo. ¿Qué hay en la superficie, nena? ¿No te enseñó nada tu papi? Redes, barcos pesqueros, arpones, ¡japoneses! De una que terminás en una lata de atún tamaño XL junto con Flipper o hecha sushi.
Bue, la pescada asciende, se queda maravillada con la superficie y cuando se está volviendo ve venir un barco. Hola: sos una sirena, ves venir un barco hacia donde estás y te quedás. ¡Te van a pescar, boluda! ¡Rajá! ¡Estás en la base de la pirámide alimentaria! No. Se queda mirando la gran festichola que hay arriba del barco, cumple número 20 del capitán, parece.
Recurso obvio: el tiempo se pone para el orto, tormenta, olas grandes, el capitán de 20 años cae el mar y medio se ahoga. La pescada llega a tiempo y lo salva. ¿Para qué? ¿No ves que ese te manduca en cuanto abra un ojo? No, no ve. Nada hasta una playa, lo deja ahí y lo cuida -porque el tipo está inconsciente- hasta que escucha gente acercándose y se va. En el medio, se enamoró.
Del medio muerto se enamoró. Esas cosas no las entiendo, ¿ven? La piba agarra un tipo casi muerto, lo lleva hasta la playa inconsciente y en ese ínterin se enamora. ¿De qué se enamora? El tipo ni abrió la boca. ¿Cómo es que se enamora de alguien que no sabe ni cómo se llama, ni si tiene mal aliento -bue, ella tiene olor a pescado así que no podría decir nada-, ni si cecea al hablar, ni si pesca por deporte? ¿Cómo te enamorás de alguien que en tu puta vida te dijo ni "hola"? No sabemos, pero la pescada se enamora.
Mientras, entre la gente que lo encuentra tirado en la playa, hay una señorita que es a quien el príncipe -porque era un príncipe encima, otra vez la nobleza- ve primero y de quien se enamora. Otra vez: se enamora de alguien que vio media vez mientras estaba medio pelotudo.
La sirenita paspada vuelve al fondo del mar, pero ya sólo quiere volver con el príncipe ahogado, entonces ¿qué plan inteligente se le ocurre?: consultar con la bruja del mar que era flor de yegua, parece.
Y ahí vamos, le hablo al supuesto Rey del Mar: sos el Dios del Océano, pascual, The Master of the Universe del agua mojada, el Todo Poderoso de los reinos submarinos y ¿dejás que lo habite una bruja que es una conchuda? Ahí hay una metáfora a cuanta deidad exista: no son in-fa-li-bles. He dicho. O lo dijo Hans Christian Andersen.
La bruja le dice que le puede dar un par de piernas pero que hay condiciones:
1ero. Cuando tenga piernas cada paso va a doler como si tuviera mil agujas pinchándola.
2do. En la superficie va a ser muda porque tiene que dejarle su voz.
3ero. Si no consigue que el príncipe se case con ella no es que se muere, no, es que se transforma en espuma de mar. O sea: en menos que la nada misma.
Flor de piernas tenía que darle si esas eran las condiciones.
Hay que ser adolescente y enamorada para decir que sí a todo esto. Me pregunto dónde está el supuesto Rey del Mar o las otras cuatro hermanas. Se lavaron las manitos todos, eso. Tanto que querías a tu hija, rey de cuarta, y bien el sota que te hiciste.
Mi teoría es que el viejo quería deshacerse de la hija que era una hincha pelotas. Poseidón era el amo del mar y de las tormentas, era el que se encargaba de los naufragios si se enojaba..., hagan cuentas, dos más dos es cuatro: el viejo tiró al príncipe a propósito al mar para que la boludita de la hija se enamore y la palme. Estaba harto de los cantitos de la piba, al principio qué lindo qué lindo, pero después de un tiempo hasta Adele cansaría (pongánla a Adele cantándole quince años ininterrumpidos y díganme que no la van a querer matar y no les creo nada).
Igual, lo tendría que haber pensado mejor la pescada. Si a cada paso que doy me va a doler como la concha de la lora y..., ¿para qué quiero piernas? Para sufrir, claro. He ahí un mensaje subliminal "en el amor se sufre", así nos va, ahora andamos creyendo que hay que hacer grandes sacrificios por amor. ¿Cuál es la primera consecuencia de este tipo de mensajes?: Abel Santa Cruz, Andrea del Boca y unos cuantos más.
Si no puedo hablar, ¿cómo se supone que me comunique con el príncipe si ni lenguaje de señas sé? Evidentemente no sabe escribir tampoco porque durante todo el cuento no logra comunicarse con el otro opa que, además, ni la registra por muy buena que estuviera. ¡Muy bien! ¡Me gusta! ¡La belleza no lo es todo!
Y, por último, si no logro que el tipo se case conmigo me vuelvo espuma de mar. Ok, too much. Un precio demasiado alto. Chau, querido, que tengas suertecita, casate con pinocho si tenés ganas porque yo me las pico.
Además noten que no dice que tiene que lograr que el tipo "se enamore" de ella. No, señor, tiene que lograr que el tipo "se case" con ella. O sea quieren un papel, un contrato firmado. Lo que quieren, digan la verdad, es la fortuna del tipo para poner un casino submarino.
Pero la pescada es flor de pescada y acepta todo con tanta mala suerte que el príncipe ya se había enamorado de otra que también lo amaba y con quien finalmente se casa. Cuando la pibita de las piernas dolorosas se da cuenta de que se va a volver espuma por idiota está dispuesta a tirarse al mar, pero ahí nomás vienen las hermanas -que bien desaparecidas que estaban, mepa que complotaban con el padre, pero luego les dio culpita- y le dicen que si lo mata (al príncipe) va a poder volver a ser sirenita como ellas.
En principio acepta, pero después no puede. Y no, claro, está enamorada. Igual no entiendo, o por ahí es que soy yo, pero ponele no?: la mina se enamora, el tipo se enamora de otra, la mina lo perdió todo, mínimamente tiene que estar un poco enojada, digo, demostrá que tenés sangre en las venas, querida. Y si estuviera un poco enojada, aunque fuera por despecho nomás, le clavás la daga y volvés a tu mundo pescaderil. No, la sirenita es el colmo de la bondad y el sacrificio: no lo mata nada y está dispuesta a convertirse en espuma. Si no se convierte en espuma hay que agarrarla a trompadas por boba.
Es decir: dejó todo, to-do, por un tipo que no la quería. Se merece no sólo convertirse en espuma sino además ser tragada por una alcantarilla y terminar en un zanjón donde hagan pis los perros, por idiota.
El dichoso Rey brilló por su ausencia en todo el cuento.
Pero, otro recurso usado, a último momento vienen unas hadas (que andá a saber, por ahí le sobraron de otro cuento y las tenía que poner en alguno, cuestiones de contrato) y le dicen que por su sacrificio va a ir a vivir al cielo con ellas.
O sea, muere virgen, sin amor, se va al cielo. ¿Una referencia a María?
¿Y el príncipe?, pregunta una, el príncipe se casó con la que amaba y lo amaba y vivieron felices y comieron perdices.
Por un lado me gusta que no hayan terminado juntos la sirenita y él porque es un final trilladísimo, pero por otro lado... ¡qué pelotuda, por dios! ¡Lo tenés todo! Sos linda, cantás lindo, todos los pescados te quieren, ok, son pescados, pero te quieren y vos no, vos querés lo que no tenés. Adolescentes. Menos mal que dura poco esa época porque sino nos iría bastante más mal de lo que ya nos fue.
La moraleja sería: cuidado con lo que deseás.
La mía sería: nadie se enamora de un otro a las dos horas de conocerlo y mientras está medio muerto. Sobre todo porque me da necrofilia y asquito.
Otra podría ser: si lo dejás todo por amor es probable que lo pierdas todo.
No sé, hay infinitas.
Rosarina, todo suyo, comente ahí abajo.
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