- Hoy tienen las dos un humor de mierda, - nos dice mi hermano mientras esperamos a que se haga la hora para cerrar el local - ¿qué? ¿les vino a las dos el mismo día?
Por ese comentario sólo lo debería matar, pero como es cierto que nos vino el mismo día no digo nada.
- Ay, callate - responde mi hermana -, ¿vos estás sonriente todo el día?
- Obvio, tengo ésta sonrisa - y muestra los trescientos dientes que tiene -. Recién viene un cliente y dice "hola" y yo pensé que ésta (y "ésta" soy yo) le iba a responder "¿Qué querés? ¿Hola, qué?".
- Jajajajaja!
- Es que nos sentimos mal todo el día, nene - responde mi hermana.
- ¿Y?
- Y nada. Eso.
- Bue..., vos, gorda, dejá de comer, eh? - retruca hermano.
- ¡Si como re poquito! ¿No es cierto que como re poquito? - me señala mi hermana.
- Ehhh..., sí, claro. Re- poquito - respondo.
- ¡Viste!
- Hoy le compré un paquete de esas galletitas horribles de frutilla que últimamente come y se lo lastró entero. ¡Entero! Y Franco le sacó dos, ¡dos!, y lo sacó cagando - respondo -, pero no debe ser por eso que está engordando, seguro es otra cosa.
- La malasangre - dice ella.
- Eso. Seguro.
- Che, ¿qué tienen para comer? - pregunta hermano.
- ¿No comieron recién? - decimos a duo.
- Sí, pero era un poquito de carne nomás - responde hermano.
- ¿Un poquito? ¡Eran como dos kilos de tapa de asado! - dice mi hermana.
- Y bueno, con eso apenas alcanza. Además mamá no cocinó hoy.
- ¿Y ustedes no saben cocinar? Dos inútiles son, les falta mamá un día y son tan vagos que prefieren morirse de hambre - dice mi hermana.
- Y menos mal que es un día. Les falta una semana y los comen los gusanos - acoto yo.
- ¡Estamos re flaquitos! ¡Mirá! - y pone la panza para adentro - ¿Ustedes comieron?
- Obvio.
- ¿Y por qué no invitaron?
- ¡Porque ya son grandes! ¡Cocinen! - gritamos mi hermana y yo.
- Ustedes de envidiosas porque somos los preferidos de mamá.
- Ah, sí, una envidia bárbara por seguir viviendo con mamá a los... ¿qué tenés? ¿27? Franco vaya y pase, ¿pero vos, nene? - esto no sé si lo dije o lo pensé.
- A mi me quiere más porque soy el más lindo - responde él haciéndome burla.
- Un boludo a cuerda sos.
- Bueno, pero haceme una milanesa.
- Jajajajaja!
Hermaniles.
Demás está decir que ni mi hermana ni yo les cocinamos nada a estos dos sátrapas, no?
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