4-8-15-16-23-42

Señores J.J.Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber,

Los números de Lost: 4-8-15-16-23-42

Después de haber visto su serie más famosa durante seis años, de haber llorado la muerte de Juliet y de Libby, de haber odiado y luego amado a Swayer, de haber dicho ¡qué pedazo de pastel! a Jack más de una vez, de haberme enamorado de Benjamin (sí, tengo mi costado perverso y?) y, al mismo tiempo, de haberle mirado las tetas a Kate todas las veces (porque tendré mi costado perverso, pero soy más torta que el biscochuelo royal).

Después de haberme intrigado tanto, no me pueden venir con ésto.

Sí, sí, muy emotivo todo.

Sí, sí, qué lindo que la gente se quiera.

Pero... Me quedaron algo así como seiscientos misterios sin resolver y ustedes no piensan hacer nada, evidentemente.

Igual, como no soy rencorosa, van aquí mis mejores deseos.

Les deseo de todo corazón, señores Abrams, Lindelof y Lieber, que mañana se encuentren todos en el aeropuerto sin planearlo, que tomen un vuelo Oceanic 815 de casualidad, que se rían de lo bizarro del asunto mientras brindan con champán por todos los boludos que nos pasamos más de cien horas sentaditos comiéndonos los dedos frente al televisor, que en medio del viaje haya turbulencia, que su avioncito se parta como un glisin y que caigan en un puto universo paralelo donde Mister Eko los confunda con la reencarnación del mal y encuentre que es su misión en la vida evangelizarlos a través del sado.

Es lo mínimo que merecen.