¿Roles?

Después de una charla de tres horas...

- Sos una tonta, lo sabés, porque podrías haber hecho catarsis ayer en casa.
- Ah, sí, pero viste que me cuesta.
- Sí, te cuesta. Nadie está tan bien como vos después de una pelea, te hacés la que acá no pasó nada de nada y no jodamos, Gabriela, a todas nos cuesta, a todas nos duele, no sos tan diferente al resto.
- ¿Soy una más del montón decís? Y yo que me creo especial... mierda.
- Sos una mina que las pasó. Muchas. Muchas más que yo.
- Claro sí, pero me falta calle. Tanta calle me falta.
- Ponele que tenés mucha calle, más que yo.
- ¿Eso me lo decís mientras vos te das cuenta de cosas que yo no?
- Porque te conozco un poco. Vos tenés espíritu, te enojás y vas para adelante. Buscás. No te cansás.
- Sí, me canso. No tengo tiempo, para lo que quiero no tengo tiempo y entonces sé que lo tengo que hacer sola y sola no es lo mismo.
- ¿Eso te enoja?
- Ojalá. Ni siquiera estoy enojada.
- Pero lo vas a hacer.
- Ponele que te creo, pero es un ponele tibio. El otro día soñé que tenía un hijo, varón, como tres o cuatro años, blanquísimo pero con el pelo negrísimo, que venía corriendo a decirme que quería irse a jugar a la casa de no sé quién y yo le decía 'preguntale a tu madre', ves? eso no va a pasar y no me enoja, me entristece.
- Eso va a pasar y vas a ser una buena madre -dentro de todo-. Ponele que voy a tener que andar por ahí dando vueltas para que no lo vuelvas loco al pibe.

- No, voy a ser una madre desastroza, pero no importa porque va a ser la única que tenga así que va a tener que conformarse.
- Ok, vas a ser un buen padre.
- Ah, eso sí, ves?

Cuestión de roles nomás.