Culinariamente hablando
>> 14 mar 2011
Cena con sus amigas. Risa, charla, divino todo. En la sobremesa una de ellas me dice:
- Todo muy rico... ¿Gabriela, no?
- Sí.
- Bueno, todo muy rico, Gabriela, pero la hacés sufrir a la flaca desgraciada ésta y va a estar todo mal.
- Jajajajaja! Bueno. ¿Es una advertencia?
- Sí.
- Jajajajaja! Ok.
El momento pasa. Más risa, más charla y "a qué parte del NOA te fuiste?" y "qué lindo, no?" y "pobre los japoneses, che... le dije al chino de la esquina que lo sentía mucho". Después del postre, la misma que habló antes, mientras termina de comer la segunda porción me dice:
- ¿Viste lo que te dije antes?
- Sí.
- Bueno... si seguís cocinando así le podés pegar un par de bifes y está todo bien eh? Total, seguro que se lo merece, mirá la cara que tiene. Es más, la podés engañar también... viste cómo es esto, la carne es débil y a cualquiera le puede pasar ¿hiciste alguna tortita más?
4 comentarios:
Peero qué lindo cheee! No es hermoso comprobar lo limitadita que puede ser alguna gente? Es como para reconciliarse con el asesinato con premeditación,alevosía y grandes dosis de satisfacción al ver cómo se le escapan las tripas y ... y ... y ...
Pe .. perrrdón ... me extralimité! Ufff! te juro que me vi en ese mismito lugar y yo, te juro, hubiese perdido la movilidad de mi mano hábil oprimiendo férreamente el mango del tramontina oxidado más cercano.
en fin ... un apostolado lo tuyo, Gaby!
Gerchu: Ay, no entendí nada...
jajajaja eso es ser fiel...¡¡¡a la buena comida!!!
Beso
Erica: Sí, jajajaja!
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