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>> 18 may 2011
Suena mi celular, en el visor aparece "Ana" y yo no tengo idea de quién se trata... Atiendo.
- ¿Hola?
- Hola, ¿Gabi?
- Sí... - y reconozco en su voz a la dueña de la casa en donde viví hasta hace más o menos un año - ¿cómo le va, Ana?
- Bien, nena, bien. Escuchame, recién vino la policía y casi me tira la puerta abajo...
- Ajá.
- Preguntándome por vos.
- ¿Perdón?
- Sí, me preguntaban el nombre de tu marido y yo no lo sabía.
- ¿De mi marido?
- Sí.
- Pero, Ana... si yo no tengo marido...
- ¿No?
- No - explicarle acá que soy torta no da, no?
- Ah... entonces me confundí de inquilina, disculpame.
Esta es la misma mina que, se supone, trabajaba en la "cía"... dios...
4 comentarios:
jaja, tendrías que haberle explicado a la pobre y neurótica señora de tu condición torteril. seguro te mandaba ella a la cana a tu casa por hereje!
by the way, me gusto verte hereje :)
Ra
Ra: La vieja ésta no es neurótica, neurótica soy yo, la vieja está loca. Lisa y llanamente.
A mi también me gustó verte. Extraño las charlas nocturnas.
Besos, hermoso.
jajajaja de la CIA??? jajajajajajajjajajajaja
gente negadora hay en todas partes!
Polilla: Nah, la vieja está loca... qué cía ni qué ocho cuartos?
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