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>> 25 may 2012

Hoy es 25 de mayo y para argentina es una fecha patria.
Hoy mi viejo cumpliría años. Ni sé cuántos años cumpliría, 62, creo, pero no lo sé con certeza, debería revisar partidas de nacimiento o defunción y, la verdad, no tengo ganas.
Pero hoy es 25 de mayo y él cumpliría años. Y lo extraño.
Y me gustaría tener diez otra vez para sentarnos a tomar mates de leche o para dibujarle un perrito.
No, mentira, no me gustaría retroceder el tiempo, me gustaría encontrármelo hoy para decirle que estoy triste, para hablarle durante horas y que él solo haga silencio (hombre de pocas palabras, mi padre) y después me ofrezca tomarnos una coca como si la coca curara todos los males del alma. Me gustaría sentarme cerca y contarle que tengo miedo, que a veces creo que no puedo con algunas cosas aunque me haga la superada y diga que sí, que me cuesta dormirme a la noche, que a veces me siento sola y que entonces me río o pongo música a todo volumen y canto para exorcisarme un poco, que no siempre hago las cosas bien, que la frustración me gana casi siempre, que todavía no logré lo que quería lograr, pero que sigo intentándolo aunque no viene resultando fácil.
Supongo que él haría lo que hizo siempre, me miraría callado, me pasaría un mate, y después de un rato me diría "hacé lo que sentís". Y ahí, seguro, se vendría toda una discusión acerca de su autoridad moral para decir semejante cosa y entonces, probablemente, él diría un chiste, yo me reiría y terminaríamos planeando la mejor manera de hacer una silla alta para mi escritorio.
Él cumpliría años y yo tengo siete otra vez y tengo miedo a la oscuridad, a los vampiros, a los fantasmas, a los sapos. Y al abandono. Y no está para decirme que no es nada, que pasa, que mañana vuelve a salir el sol, que aguante un poquito más porque cuando el sol sale los miedos se van. 
Ni está para decirme que abajo de mi cama no hay ningún mostro escondido, ni yo puedo decirle que ya sé que no está abajo de la cama, está al lado, pa, está acostado al lado esperando que te vayas, vos no lo ves, pero yo sí, está sonriendo, está esperando, sabe esperar, sabe de lo horrible de la espera, sabe que cuando te vayas voy a taparme hasta la cabeza porque siento su respiración cerca. Y se va a quedar ahí, no va a hacer nada porque también sabe que ese es el peor de los miedos, el no saber qué va a hacer a continuación, se va a quedar ahí mirándome tener miedo.
Y vos cumplís años y yo te extraño. Y el mostro no se fue nunca. Aunque ponga música alta y cante, aunque haga como que no existe y me diga que puedo con todo. No se va, nunca se va del todo porque vive adentro mío.
En un punto me enoja, ¿sabés? Me enoja el mostro que no es más que la suma de todos los miedos, me enojás vos porque no estás, me enoja mi infancia aunque hayas tratado de hacerla lo más feliz posible, me enoja que no hayas podido cuidarte, me enojo conmigo porque tengo 36 años y todavía quiero que me ofrezcas tomarnos una coca porque la coca cura todos los males del alma. Pero estoy triste, pa, y vos siempre encontrabas la manera de hacerle frente a la tristeza aunque fuera haciéndote el payaso un rato y yo no sé cómo hacer eso, a mí no me sale. Y en casa no hay coca porque ahora me gusta más la pepsi, de hecho ni siquiera hay pepsi porque no fui al super, pero en unas horas me compro una y brindo en tu nombre aunque tenga la certeza de que no era la gaseosa lo que curaba todos los males del alma, eras vos.

17 comentarios:

W. Von Dunajev 25 de mayo de 2012, 3:04  

Yo también me tapaba hasta arriba aunque me muriera de calor, había que proteger, sobre todo, la garganta de los vampiros...Y al abandono ¿cómo no tenerle miedo?, aunque me temo que lo de taparse no nos funcione para eso.Tu papá era alguien muy dulce por lo que leo cada vez que hablás sobre él y creo que él tampoco se va del todo, queda en vos.
Te mando un abrazo.

Vero 25 de mayo de 2012, 11:49  

Cuando te sentís así, un poco abandonada, un poco enojada con la vida, un poco acechada por el mostro…, lo mejor que podés hacer es recurrir a aquello que sanaba mágicamente, porque lo creías, porque necesitabas creerlo, porque lo querías.
Lo querías a tu viejo, querías esa relación y necesitabas de ese consuelo. Entonces, cuando te atrapa el recuerdo, date una vuelta por el pasado.
Y no tengas miedo. Todos lloramos.
Un abrazo fuerte, fuerte!

Gabriela Aguirre 25 de mayo de 2012, 14:57  

Wanda: Era un tipazo, sí.
Y no, no se va del todo, pero..., bueno, eso, no es lo mismo.
Gracias por el abrazo.
Besos.


Vero: Sí, ya sé. Cuando me entra la nostalgia me acuerdo de alguna payasada y entonces me río y la risa siempre es como un bálsamo, viste?
Pero hoy no me reí un soto y los recuerdos de payasadas no vinieron.
A veces pasa. Es lo que es.
Gracias por el abrazo.
Besos!

Tomoyo 25 de mayo de 2012, 17:39  

Y de repente...mientras te leia me hice chiquita...entonces miro a mi mostro que me mira desde un rincon y me saluda...me hice chiquita y me puse a llorar...

Saludos...

Maggie 25 de mayo de 2012, 20:39  

El concepto de extrañar a alguien siempre me ha resultado bastante incomprensible. Las personas a quienes más he querido, están todas lejos de mi. Sin embargo, cuando pienso en ellos no lo hago con nostalgia, sino con alegría y de algún modo, agradecimiento, pues siento que he sido muy afortunada por haber tenido la oportunidad de que formen parte de mi vida. Tal cosa como sentir tristeza al pensar en alguien que ya no está, no me ocurre...

En la mañana, cuando leí esta entrada (mi magnífica conexión no me dejaba comentar) pensé que habría sido lindo que alguien le diga a tu sobrino que hiciera exactamente lo que a ti te habría gustado hacer con tu padre (sentarse con tigo a tomar mates de leche o pepsi, mientras te dibuja un perrito). Pensé que sería un gesto hermoso...

Gabriela Aguirre 25 de mayo de 2012, 21:59  

Tomoyo: Sana, sana, culito de rana, Tomoyo. Ríase que la risa sana, cura, aleja al mostro (o lo vuelve invisible por un rato y entonces una puede pensar que no está, que se fue por un instante o dos).
Y si puede (yo no lo logré, pero por ahí usted sí) ríase del mostro también, pongale un vestido a lunares negros y rojos, una capelina con tul violeta, póngalo en ridículo y en una de esas, por ahí, el mostro se ofende y se va.
No me llore que bastante con mis lágrimas...
Saludos y bienvenida.


Maggie: Nah... mi sobrino asalta mi heladera en busca de mis yogures, pero con esto del poco tiempo que tenemos últimamente no nos sentamos a tomar mates o pepsi. A veces, eso sí, le hago el desayuno.
Gracias por pasar.
Besos.

Maggie 25 de mayo de 2012, 22:36  

Los sobrinos son geniales! Mi sobrino (tiene 11 años) dice que él y yo somos la misma persona. En diciembre, cuando visité a mi hermano (es 14 años mayor que yo), a ambos nos caía el mismo regaño porque salíamos a una reunión y nos llevábamos un libro para leer. O preferíamos quedarnos en casa leyendo o jugando algún video juego, que salir a socializar y conocer gente nueva... xD

Anónimo,  25 de mayo de 2012, 23:23  

acá en casa siempre hay peCsi para vos Bas... cualquier cosa, chiflás :)

besos nena
Manatee

Guillermo Altayrac 26 de mayo de 2012, 3:38  

Upa... Me dejaste con sensación feita en el pecho, boluda. Me hiciste pensar en mi papá. Que también se fue, que tampoco se supo cuidar. Que (oh, casualidad) ¡también nació en fecha patria (un 17 de Agosto)!

Y me dejás pensando en tu mostro, también. En la suma de tus miedos y de tus frustraciones (probablemente, también piense en algunos de los míos).
Y me dan ganas de mandarte un abrazo grande. Y de decirte que te conozco poco, pero lo suficiente como para darme cuenta de que sos una persona muy valiosa y admirable.

Y escribís lindo, hija de puta, eso es innegable. Escribís bien: sabés escribir. Si así no fuera, leerte no me haría sentir esto feito en el pecho.

Guillermo Altayrac 26 de mayo de 2012, 3:43  

Oh, si no te contamos a vos, ¡estoy arriba de todo, por lejos, en el Top de Comentaristas!

Eso es porque soy sumiso y vos, autoritaria. Y cada vez que llego aquí, leo: «Bueno, llegaste hasta acá... ahora: ¡comentá!», y me das miedo.

Guillermo Altayrac 26 de mayo de 2012, 3:49  

¡Ah, escorpiana traicionera! ¡¿Qué es eso de matar a Esaú sin previo aviso?!
«Se merece ser esclavo por boludo», jajaja.

Si te linkeo mucho es porque me gusta mucho cómo escribís. Ya lo he dicho. Que se sepa.

Ahí desactivé la verificación de palabras. Te iba a preguntar cómo se hacía, a vos que sabés más que yo de esas cosas, pero lo descubrí solito (porque tan bobito no soy, ¿viste?). Ahora no tengo manera de saber si los que me escriben son humanos o robots, ¿entendés? Si algún día sos reemplazada por un androide, yo no me enteraré.

Gracias por los elogios, Gabi.
Besos y gracias por pasar.

Gabriela Aguirre 26 de mayo de 2012, 14:13  

Maggie: Mis sobrinos son geniales todos. Y el enano este es flor de comprador.
Besos.


Mana: Cualquier cosa chiflo, sí.
Besos y gracias.


Guillermo Altayrac: El mostro es tema de post en algún momento. Ya lo fue y lo seguirá siendo, seguramente, porque el mostro muta, es un mostro mutante, cambia de forma, de color, de textura. Cambia en la manera de esperarme, pero siempre me espera.
Ahh... me endulzás los oídos. Te lo acepto porque estoy cabizbaja y meditabunda.
Besos.


Guillermo Altayrac II: Sep, sos el top del top.
Jajajaja!


Guillermo Altayrac III: Hay que matarlo por idiota.
Gracias por la desactivación de palabras, es una bosta, dos bostas.
Si querés saber si los que te escriben son personas o androides, simple, moderá comentarios, bobito.
Besos.

Maggie 26 de mayo de 2012, 17:48  

Besos al enano ese entonces! xD
Y bueno, a ti también, solo por cortesía y esas cosas que hace la gente! ;)

Guillermo Altayrac 13 de junio de 2012, 1:22  

¡Fuera, mostro! ¡Fuera, mostro!

Y vos hacete cargo de tus virtudes, pendeja.

No pienso moderar los mensajes. Y moderarlos no me sirve para saber si me está escribiendo un androide. Sólo me sirve para censurar al androide si no me gusta lo que escribe. Tendría que hacerte un test como el que se le hacía a los sospechosos de serlo en Blade Runner. ¿Viste la peli o leíste el libro de Philip Dick?

Abrazote.

Gabriela Aguirre 13 de junio de 2012, 2:19  

Guillermo Altayrac: Me hago cargo cuando las conozca, dale?
Vi la peli, pero hace muchos, muchos años... No recuerdo el test.
Pero para futuros malosentendidos, si la que le escribe le dice "bobito" soy yo, tamos?
Besos!

Guillermo Altayrac 26 de junio de 2012, 0:33  

Jajaja. ¡Ok, bobita! (Te digo así para que sepas que yo tampoco soy robot. No creas que te estoy insultando, eh...)

¿Y no conocés tus virtudes?
Mmmmhh, me parece que no te creo...

Gabriela Aguirre 26 de junio de 2012, 0:51  

Guillermo Altayrac: Y bue..., digamos que conozco algunas, pero digamos también que no para todo el mundo son virtudes.
Besos.

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