Intensidad

Me pregunto, a veces, de dónde sale tanto. Este fin de semana, corto, pero intenso, me lo pregunté unas cuantas veces.

La palabra "intenso" se refiere a un reencuentro esperado y a la presentación en sociedad ante la familia de mi señora novia.

Sonrisa en ojos de Cris.

Ahora, otra vez en casa, pienso en las incidencias de eso tan intenso y me pregunto todos los cómo y los porqués y esas huevadas para las que no hay respuesta posible, claro.

En diciembre me toca a mí, digo, presentar a mi familia y eso me tiene un poco nerviosa, a qué negarlo. No sólo porque mi madre es una impresentable que puede, perfectamente, abrir la ventana en el momento menos indicado para preguntar "¿Ya tomaron mate, chicas?", mientras una intenta taparse con lo primero que encuentra y ella, lo más tranquila, retruca "Bueno, ya está, ¿no piensan salir?, de amor no se vive, eh?" (no exagero, créanme), sino porque, además, se juegan otras cosas, claro.

Pero venimos bien. Nos hemos cuidado, individualmente y una a la otra, hablamos de todo lo que teníamos que hablar y de lo que no teníamos que hablar también, por las dudas, y vamos lento, pero sin pausa haciendo un camino que resulta a veces laborioso aunque siempre gratificante.

Así que así estamos, para aquellos que preguntan vía whats app por qué no posteo. Terminando las clases, llena de parciales, el balance da positivo y ya quiero vacaciones.

Y las preguntas quedan sin respuestas, porque no hay respuestas, la pregunta misma es mucho más interesante.