Alpiste
>> 28 dic 2012
Vamos a dejar algunas cosas claras:
a) Es mentira que existan el perdón y el olvido. Eso es un invento de Disney.
Bueno, por ahí no es mentira, es mentira para mí al menos. No creo ni en el perdón ni el olvido. Por mucha fuerza que hago no me sale. Puedo "dejar pasar", puedo "hacer como si no" el resto de mi existencia, pero mentira que perdono y/u olvido. Men-ti-ras.
b) No existen nuevas palabras que borren las viejas. Lo que dijiste, lo dijiste. Por algo está el viejo refrán ese que dice que uno es esclavo de lo que dice y amo de lo que calla.
c) Así como el ítem anterior, tampoco nuevas acciones borran las viejas. ¿Te mandaste un cagadón? Ajo y agua. A hacerse cargo. Ya está, te la mandaste. Podés pedir disculpas, claro (conmigo vas muerto, pero poder podés). Y es una mierda porque una no puede retroceder el tiempo y cambiar lo que ya hizo o dijo, pero bueno, por eso, mejor pensar un poquito antes, no?
Bueno, eso, después no digan que no avisé.
5 comentarios:
Querida Gaby:
Esto es honestidad brutal ... o se mordió la lengua mientras deglutía un ... digamos ... polvorón?
Es todo verdad lo que postea hoy, pero ni Disney inventó la perdonocracia - eso es taaaan viejo como el mismísimo humano (y humana, claro) ni las palabras o los hechos pueden volverse atrás.
Y eso se debe, mi querida amiga, no a razones del intelecto ni del cuore. es pura física! El tiempo sólo discurre en una dirección, y por suerte es así, porque de otro modo muchos de nosotros no tendríamos ciertos dolores, ciertos apremios, ciertas nostalgias.
Por ello, si bien el perdón no existe entre amantes, sí en muchos padres / madres hacia sus hijos. El olvido es una imposibilidad física, no sicológica, tal como se viene demostrando en la ciencia y el maldito alemán nos hace notar cada vez que alguien cerca o lejos lo padece.
Sobre palabras y hechos ya dije lo que dije, pero peor aún que no hacerse cargo es poner a los demás como fieles reservorios de nuestras iniquidades, con lo cual nos hemos así convertido en seres menos perdonables, y con muchas más posibilidades de entrar en la celda más oscura e infecta de nuestro intento de olvido.
Besos ... a los gritos y con abrazo incluido, así no puede olvidar ni perdonar!
a) Es verdad que es mentira. Nadie perdona, nadie olvida. Muchos hacen como qué. Pero nada más.
b) Es cierto. Lo dicho, dicho está y por más que quieras desdecirlo, no vas a poder lograrlo. Siempre que el punto a) sea válido, nunca va a poder validarse b)
c) Acá no estoy tan de acuerdo, porque para los hechos tenemos una memoria un tanto selectiva. Muchas veces nos afectan más las palabras que los hechos en sí, a los que les atribuimos nosotros mismos las disculpas que merezcan o no. De modo que me quedo con una duda a ese respecto. Creo que sí hay buenas acciones que cambian las malas acciones pasadas. Parafraseando a Mario "Y viceversa".
Ya está, ¡por lo menos dejamos de hablar del loro!
¡Besos!
Gerchu: Honestidad brutal, o, mejor dicho, honestidad bruta, jajaja!
Obvio que es todo verdad verdadera!
Retribuyo los besos y abrazos, pero de lejitos porque hace calor.
Vero: Para los hechos tenemos memoria selectiva... mmmm... ponele.
Lo que pasa es que nos han hecho creer que mejor quedarse con lo bueno y dejar pasar lo malo, pero lo malo también existió, señores!
Sigo queriendo un loro.
Besos.
Vero y Gaby:
Los loros son en realidad, Barbies de prueba que salieron mal y se cruzaron con palomas monteras. El color se debe a que iban a sacar un modelito para el sesquicentenario de la creación del dólar, pero esa tinta tan perdurable se las confiscó el gobierno de la Unión para pintar neuronas debilitas por dentro, de modo que desde ahora hablaremos de Barbies no de loros, okay?
Gerchu: Jajajajajajaajaj!
Sos groso, eh?
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