Regalo

Semanita en la ciudad con nombre de río. Semanita intensa.

Quería ir antes de las putas fiestas (que, todos sabemos, odio) y llevarle un regalo. Quería también que el regalo fuera especial. Los que me conocen un poco saben que carezco de inventiva para los regalos, yo soy de las que sacan la tarjeta de crédito y punto. Siempre acierto en lo que el otro quiere o necesita o guachufreí porque escucho a la otra persona, pero siempre también los compro. Es lo que hay, soy así.

Sin embargo, quería darle algo que fuera particular, algo que no hubiera recibido antes, algo distinto. Me rompí la cabeza y terminé comprando un libro de un autor que amo, sí, pero no era nada distinto a lo que pudiera darle cualquiera y yo misma ya le había regalado libros. Venía con una idea en la cabeza, pero me parecía un poco osada y requería de su consentimiento. Di algunas vueltas y se lo dije, ella aceptó. Y esto fue lo que ocurrió.

Dibujando en la pared.

Primeros pasos.

Llegando al final.

Casi finalizando.

Últimos retoques.