La lista

- Tenés que hacer una lista de las características que para vos resultan "deseables" - le digo a mi hermana.

- ¿Como una lista?

- Sí, una lista.

- No entiendo.

- ¿Te golpeaste la cabeza cuando eras chiquita?

- Seguro vos me empujaste.

- ¿Qué cosa no entendés?

- Lo de la lista.

- Ay, dios. Así: hacé una lista con cosas que vos quisiera que tenga la persona que querés que esté al lado tuyo, desde las cosas importantes hasta las más boludas, ordenalas por orden de prioridades, primero las que son inamovibles y después aquellas con las que, si no están, podés vivir. Así, cuando conozcas a alguien, y porque en el quilombo de los primeros tiempos una no se da cuenta, cazás la lista y si ves que no cumple los puntos importantes..., bueno, decidís, pero sabiendo.

- ¿Vos tenés una lista?

- La hice alguna vez, sí.

- A ver...

- ¡Es larga, gorda!

- Bueno, decime los primeros tres puntos.

- Ok: mayor de 35, fuerísima del closet, pasado resuelto.

- ¿Alguna cumplió todos los puntos de esa lista?

- No, pero nadie cumple todos los puntos porque estamos hablando de un ideal. No existe, es sólo como para tener un referente.

- ¿Alguna cumplió esos tres que me nombraste?

- Ehh... No.

- ¿Y para qué mierda querés que haga una lista? A vos sola se te ocurre hacer una lista. Tenés problemitas.

Porque cuando me caga, me caga. Es así.