De cuando Potter se resignifica
>> 10 ago 2013
Harry Potter significó durante gran parte de mi vida un consuelo, un refugio, un lugar al que podía regresar cada vez que la tristeza o la desesperación me tapaban hasta la cabeza, o metía la pata hasta el caracú, o la metáfora que quieran, ya hablé suficiente de Potter en este blog como para que entiendan sin tener que dar demasiadas explicaciones.
Nunca entendí muy bien por qué Harry representaba eso para mí, tampoco es que me lo haya preguntado tanto, simplemente funcionaba y una no se cuestiona las cosas que funcionan (aunque debería, está claro).
Cuando el malhumor me gana, como ahora, o bien duermo o bien me distraigo con algo para no matar a nadie. No podía dormir porque tenía que trabajar y eso, en un punto, me distrajo, pero a la hora de la siesta agarré a Potter y leí unas cuantas páginas a ver si, al menos, me distraía un poco.
Siempre leí a Harry con placer, pero también siempre lo leí buscando refugio. Hoy, sin embargo, lo leí sólo por placer puro y, para mi sorpresa, ya no necesité el bálsamo Potter.
No sé si es porque no estoy triste sino más bien todo lo contrario, o si porque resignifiqué a Harry, pero el punto es que hoy, por primera vez en unos cuantos años, fue sólo placer.
Creo saber (sí, recién ahora, soy de efecto tardío) de dónde venía la búsqueda de refugio en sus libros. Ya no es necesaria esa búsqueda y por eso, sólo por eso, es que este post me encuentra sonriendo.
2 comentarios:
refugiándote en las drogas? :P
cuidate nena, y a ver cuando nos vemos. Beso Bas!
Manatíiiii
Mana: Mmmm... no lo había pensado. Ok, hago eso.
Besos.
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