Hoy, y sólo porque estamos aburridas (yo y mi alter ego malvado, claro), vamos a analizar una de esas pedorras canciones infantiles que nos han hecho tanto mal como la literatura.
Primero, la letra:
Mambrú se fue a la guerra, mire usted, mire usted, qué pena, no sé cuándo vendrá.
Do-re-mi, do-re-fa, no sé cuándo vendrá.
Si vendrá por la Pascua, mire usted, mire usted, qué gracia, si vendrá por la Pascua o por la Trinidad.
Do-re-mi, do-re-fa, o por la Trinidad.
La Trinidad se pasa, mire usted, mire usted, qué guasa, la Trinidad se pasa, Mambrú no viene ya.
Do-re-mi, do-re-fa, Mambrú no viene ya.
Por allí viene un paje, ¡qué dolor, qué dolor, qué traje!, por allí viene un paje, ¿qué noticias traerá?
Do-re-mi, do-re-fa, ¿qué noticias traerá?
Las noticias que traigo, ¡del dolor, del dolor, me caigo!, las noticias que traigo son tristes de contar.
Do-re-mi, do-re-fa, son tristes de contar.
Que Mambrú ya se ha muerto, ¡qué dolor, qué dolor, qué entuerto!, que Mambrú ya se ha muerto, lo llevan a enterrar.
Do-re-mi, do-re-fa, lo llevan a enterrar.
En caja de terciopelo, ¡qué dolor, qué dolor, qué duelo!, en caja de terciopelo y tapa de cristal.
Do-re-mi, do-re-fa, y tapa de cristal.
Y detrás de la tumba, ¡qué dolor, qué dolor, qué turba!, y detrás de la tumba tres pajaritos van.
Do-re-mi, do-re-fa, tres pajaritos van.
Indigna, eh?
En principio ya nos avisan de pequeños que existe algo llamado guerra a donde la gente va y otra gente se queda esperando noticias. Malas noticias, porque en ese algo llamado guerra la gente se muere.
¿Cómo nos van a mostrar la muerte de esa manera? ¡Y después quieren que no tengamos pesadillas!
Y no sólo que se muere la gente en ese algo llamado guerra, sino que los entierran. ¿Alguién se puso a pensar las consecuencias de decirle a un niño que entierran a la gente?
Además, ¿quién cantaba esta canción? ¿era un pariente de Mambrú? Mambrú no era una persona muy querida en su familia si tratan de esa tan liviana manera su participación en una guerra y posterior muerte, por mucha caja de terciopelo.
Esa es otra. Lo entierran en una caja, no en un ataúd. Eso significa que de Mambrú no quedó mucho para enterrar... Y si no quedó mucho para enterrar, ¿por qué, por el amor de Bjork, le ponen una tapa de cristal? Es de muy mal gusto andar viendo los cachos de Mambrú en una cajita, que se sepa. Feo feo.
Ahhh... las canciones infantiles también nos han hecho mucho daño...
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